José Alfredo Sabatino Pizzolante, Presidente de la Academia de Historia del Estado Carabobo
Deseamos comenzar agradeciendo a los organizadores de este significativo evento, muy especialmente a la Dra. Myriam Marcano, la gentil invitación hecha a la Academia de Historia del estado Carabobo, la cual nos complace presidir, para participar en esta interesante jornada, haciendo un esbozo de Venezuela en la época del Dr. José Gregorio Hernández.
En lo personal estamos convencidos de que ninguna aproximación biográfica puede estar completa, si antes no se estudia el contexto en el que se desenvuelve el personaje y cómo ese contexto puede influenciarlo, como bien nos lo enseña Quentin Skinner con su metodología, en los que la contextualización y la intencionalidad se convierten en poderosas herramientas de indagación. De allí lo acertado, en nuestra opinión, de la tarea que se nos ha encomendado agradeciendo, además, a mi esposa Dra. Maribel Baute, por su valiosa ayuda en la búsqueda de algunas referencias y materiales para cumplir con nuestro compromiso.
Sin embargo, confesamos, que al preparar estas cuartillas nos embargó cierta duda acerca de cuál Venezuela hablaríamos para contextualizar la época del Dr. Hernández. ¿Hablaríamos de la Venezuela cuya capital afrancesada bajo la impronta de Guzmán Blanco, vistió sus mejores galas a partir de la séptima década del siglo XIX, adornada de vistosos y grandes edificios, alamedas, avenidas y monumentos? ¿La capital que con opulencia sirve de sede a la Exposición Nacional de 1883, con ocasión del centenario del nacimiento del Libertador Simón Bolívar? ¿La Caracas que conoce la luz eléctrica en fecha tan temprana como 1873, se conecta con su litoral por ferrocarril una década más tarde y con el centro del país a través del Gran Ferrocarril de Venezuela en 1894, viendo transitar por sus calles a un Cadillac en 1904? O, en cambio, hablaríamos de la Venezuela cuya provincia estaba conformada por ciudades y pueblos que, a pesar de sus indiscutibles avances urbanos, como sucedió en Maracaibo y Valencia, distaban mucho de la capital.
Muy interesante artículo. El enfoque en los milagros, importante por demás, ha dejado un poco de lado el contexto de nuestro Venerable. Muy acertado y enriquecedor, aportarnos este aspecto de su vida.