
El 25 de junio la OMS expresó preocupación por el alto número de casos y la velocidad de propagación del brote internacional de la viruela del mono. La OMS recomienda acciones colectivas para detener la diseminación del virus por medio de medidas de salud pública, tales como vigilancia epidemiológica para la identificación de nuevos casos, seguimiento de contactos, aislamiento y cuidado de los pacientes y, cuando sea posible, el uso de vacunas y tratamientos. La aplicación de esas medidas debe evitar la estigmatización y asegurar el respeto a los derechos humanos.
Los casos de esta enfermedad fuera de África comenzaron a aumentar dramáticamente desde mayo de este año, habiéndose reportado cerca de 3,500 casos en 42 países, sobre todo en Europa y América del Norte. En la América Latina se han reportado al menos 30 casos en 6 países, con el primer caso confirmado en Venezuela el 12 de junio.
Aunque algunas de las infecciones documentadas en Europa y Norte América fueron adquiridas en África, la gran mayoría de ellas lo fueron por contactos interpersonales íntimos en diferentes países, desde donde el virus se está exportando internacionalmente. El único caso confirmado en Venezuela fue detectado en el aeropuerto de Maiquetía en un viajero que procedía de Barcelona, España. Sin embargo, es posible que algunos casos no hayan podido ser detectados en esa primera línea de vigilancia epidemiológica y que ya el virus se encuentre circulando en diferentes comunidades en Venezuela. Proponemos que una posible segunda línea de vigilancia epidemiológica se establezca en las clínicas de atención de infecciones de transmisión sexual (ITS), donde se pueda hacer la identificación precoz de casos sospechosos, para hacer luego el diagnóstico confirmatorio en los laboratorios de referencia.
Ese esfuerzo de identificación de casos debe ser implementado con la urgencia que amerita la situación, en colaboración con la sociedad civil. Estamos en un momento temprano de la epidemia, en que la prioridad es interrumpir la cadena de transmisión del virus lo más pronto posible. Para ello también es necesario que de inmediato se implemente una estrategia comunicacional que alerte a la población, evitando mensajes estigmatizantes.
La Academia Nacional de Medicina continuará monitoreando la situación y haciendo las recomendaciones pertinentes.