El Centro Nacional de Bioética (CENABI), hace pública su preocupación por la adquisición que ha hecho el ejecutivo nacional de un candidato a vacuna de fabricación cubana, denominado “Abdala”, para la inmunización del pueblo venezolano. Según el vocero oficial, se recibió el primer lote para aplicación inmediata y se comprarán 12 millones de dosis en los próximos meses.
Como lo ha expresado la Academia Nacional de Medicina en sus comunicados, este producto no ha sido aprobado por los organismos internacionales competentes en la materia, como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y se desconocen los resultados de las fases que se deben cumplir en su desarrollo, ya que estos no han sido publicados en revistas internacionales de prestigio. En consecuencia, se trata de un producto experimental, que no se debe aplicar como vacuna a la población general, porque no hay seguridad de su eficacia en la protección contra el SARS-COV-2, y tampoco de su inocuidad.
Cuando se aplican estos productos con carácter experimental, se hace en grupos limitados de personas con buena salud, generalmente adultos jóvenes, que han dado libremente su Consentimiento Informado, siguiendo un protocolo aprobado por un Comité de Bioética. Esto no se corresponde con lo dicho por las autoridades y por el contrario, se mencionó su uso inmediato en la vacunación masiva. Por otra parte, la magnitud de la compra anunciada, hace temer que se desvíen los recursos destinados al Sistema COVAX, que sí garantiza vacunas de probada calidad, eficiencia e inocuidad, a bajo costo.
La grave situación de la pandemia en nuestro país, demanda un plan de vacunación bien estructurado, amplio y acelerado, con productos de eficacia comprobada, como único recurso para frenar el gran número de complicaciones y muertes que está generando actualmente la COVID-19 en nuestro país. Ningún otro interés debe estar por encima de la salud y la vida del pueblo
venezolano.