Es para mí un inmenso honor subir al estrado del Paraninfo del Palacio de las Academias, invitado por la Academia Nacional de Medicina, con motivo de la Conmemoración del Cincuentenario de las Promociones de Médicos de la Escuela Luis Razetti y la Escuela Vargas de la Facultad de Medicina de la UCV del año 1971. Me siento extremadamente honrado de poder dirigir mis palabras a los Académicos, celebrantes e invitados en recinto histórico, que insufla energías positivas y generosas hacia nuestra querida Venezuela.
Saludo respetuosamente al presidente Dr. Enrique López-Loyo y al secretario Huníades Urbina-Medina de la Academia Nacional de Medicina, y a toda la Junta Directiva, así, como a los académicos y personal que hacen vida dentro y fuera de este majestuoso espacio, hoy en día a través de una pujante gestión modernizadora con medios digitales, tele-espacios y presencial que hacen la vida académica, más dinámica, intensa e interactiva.