Eleonora Quattri, et al. https://doi.org/10.1016/j.tmaid.2022.102424
Recopilado por Carlos Cabrera Lozada. Miembro Correspondiente Nacional, ANM puesto 16 . ORCID: 0000-0002-3133-5183. 13/08/2022
Estimado editor,
La viruela del mono (MPX) es una enfermedad zoonótica causada por un virus de ADN de doble cadena perteneciente al género Orthopoxvirus de la familia Poxviridae [1]. Las manifestaciones típicas incluyen fiebre, linfadenopatía y una erupción vesico-pustulosa que consiste en lesiones que progresan a través de diferentes etapas clínicas [2]. Históricamente, la transmisión de persona a persona y de animal a humano se ha limitado a África, principalmente a través del contacto cercano y las gotitas respiratorias.
El reciente brote de MPX ha desafiado este punto de vista, acreditando la transmisión sexual como una nueva ruta de propagación y perfilándose como un problema de salud pública en todo el mundo, particularmente en hombres que tienen sexo con hombres (HSH) [1,2].
Aquí, reportamos dos casos de MPX humano caracterizados por una sola lesión cutánea, sin signos de afectación sistémica. Las características demográficas, clínicas y de laboratorio se resumen en la Tabla 1. El paciente 1 era un HSH italiano de 35 años que vivía con el VIH actualmente bajo terapia antirretroviral combinada con carga viral indetectable, mientras que el paciente 2 era un HSH italiano VIH negativo de 29 años. Ambos se presentaron en el Centro de Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) de Milán, quejándose de una sola lesión genital aparecida respectivamente cuatro y dos días antes; no se apreciaron síntomas sistémicos concurrentes. Ambos tenían antecedentes de sífilis y el paciente 2 también informó haber sido tratado por gonorrea en el pasado. La exploración física reveló una única lesión vesico-pustulosa umbilicada en el prepucio en el paciente 1 y en el eje del pene en el paciente 2 (Fig. 1a y b). En ambos casos la dermatoscopia mostró áreas blanquecinas sin estructura con depresión central pardusca y eritema periférico (Fig. 1c y d). No se observaron otras lesiones mucosas o cutáneas, y no se apreció linfadenopatía a la palpación. El paciente 1 informó haber viajado al extranjero (Grecia y España) en las semanas anteriores, donde tuvo numerosas relaciones sexuales sin condón; El paciente 2 negó haber viajado, pero informó de una relación sexual sin protección con una pareja desconocida unos días antes del inicio de la erupción. Además, ninguno de los dos había sido vacunado contra la viruela. Los hisopos vesico-pustulosos dieron negativo para el virus del herpes simple (VHS), Chlamydia trachomatis (TC) y Treponema pallidum (TP), pero positivos para MPX en la reacción en cadena de la polimerasa (PCR) en tiempo real en ambos pacientes. Curiosamente, los hisopos faríngeos dieron negativo para el ADN MPX en ambos casos. Teniendo en cuenta la falta de afectación sistémica, ambos pacientes fueron enviados a casa para el autoaislamiento durante 3 semanas. No aparecieron nuevas lesiones durante este período.