Sección I – Editorial
Rafael Muci-Mendoza 2016-8-95-I-108
Elogio de la receta…Minucias y miserias del arte de recetar
Se asegura que Librado Chiquinquirá Montiel de cuyo lugar de origen especularon los entendidos, mas nunca se llegó a precisar con entera exactitud, fue un niño raquítico, desnutrido e inapetente a causa de una diarrea, que juzgada por celebrados pediatras como pituitosa, no le abandonó ni por un momento durante los seis primeros mesesitos de su borrascosa lactancia… Fue oleado en muy diversas y críticas oportunidades y hasta se le tenía en una cajita de lata cromada donde una vez hubo bombones, toda de blanco y protegida con bolas de naftalina su mortajita ya preparada…Mas el milagro de su literal resurrección y pronta recuperación en pocos días, fue a la vez que impresionante nunca antes presenciado por las crónicas: Se supo que su madre, mujer enteramente escasa, por un error de interpretación de una receta que con escritura garrapatosa y de mala gana un médico le extendiera no más al salir de la Maternidad Concepción Palacios con su criatura en brazos, sólo le había alimentado con ¡leche…de magnesia de Phillips!.
Nosotros, profesores de clínica médica solemos preparar a nuestros alumnos de pregrado para las grandes batallas, aquellas que a lo mejor nunca librarán y que de hacerlo, seguramente que lo harán mejor en ausencia de nosotros. Prueba de ello son las preguntas que a mansalva les disparamos con trabucos naranjeros. ¿Cómo trata usted a un paciente con un edema agudo del pulmón? ¿En qué momento, a qué dosis y bajo qué forma se administra la estreptoquinasa a un infartado? ¿Cuál es la conducta ̈inmediata ̈ ante la ruptura de un aneurisma aórtico? ¿Cuáles son los pasos terapéuticos a seguir en presencia de un trombo embolismo pulmonar masivo? ¿Cómo hacer una traqueotomía con una Gillett?