BM. Volumen 9, No. 99, Marzo 2017

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Sección I – Editorial
Rafael Muci-Mendoza 2017-9-99-I-113
Elogio del cerebro del pobre…
Los perros flacos son el mejor indicador del hambre, enseñó el médico rural y pionero de los estudios de nutrición en Venezuela, doctor José María Bengoa (1913-2010). La Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (ENCOVI) de 2016, de acuerdo a la doctora Maritza Landaeta-Jiménez, por primera vez, en 3 años desde que se realiza esta evaluación, la desnutrición apareció en 3,9% de 6.413 hogares venezolanos y se le reconoce como un problema de salud pública, ocasionado por la falta de comida. Para el ser humano, uno de los más preocupantes efectos sobre el cerebro es la desnutrición. La ingestión inadecuada de vitaminas y nutrientes esenciales repercute en cada rincón del cuerpo. Este órgano, a cargo del pensamiento, las emociones, la inteligencia y de motorizar las funciones corporales necesita de una nutrición adecuada desde el momento en que el feto está en el vientre materno hasta la vejez. Si no se proporcionan las calorías, proteínas y vitaminas adecuadas, el cerebro en crecimiento puede sufrir daño y sus consecuencias son catastróficas y duraderas. La malnutrición infantil seguramente que causará problemas en los años posteriores. La desprotección de la mujer embarazada, los controles prenatales a que tiene derecho, el consejo del médico que la atiende y la seguridad que debe brindar el Estado son las columnas en que se asienta la justicia social.

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