Rafael Rangel-Aldao, Editor
La lección más importante de la pandemia Covid-19 consiste en la necesidad de enfocar las soluciones como partes de un sistema, con múltiples interacciones que se retroalimentan entre sí para lograr eficacia e inteligencia y salir de la crisis, así como para optimizar la atención de salud hacia el futuro. Para ello se requieren capacidades esenciales como la de cuantificar la magnitud del problema y el impacto de las medidas sanitarias y económicas. También es menester potenciar a toda la población a base de información fiable, transparente y reproducible, entre otras destrezas públicas que permitan la predicción y prevención de futuras crisis. Pero en Venezuela, detrás de las enfermedades emergentes como el Covid-19, hay muchas otras calamidades públicas, entre ellas las enfermedades no transmisibles, ENT, y las re-emergentes, que agravan aún más nuestra crisis humanitaria. Esta misma semana CientMed publicó un artículo de las doctoras Alarcón de Noya y Ruiz-Guevara, que nos muestra cuan expuestas están las embarazadas a una decena o más de parásitos que ponen en riesgo la vida de la madre y del feto. En Venezuela, sin embargo, resulta difícil actualizar las cifras reales de morbilidad y mortalidad en años recientes, pues a partir de 2014 se suspendió la divulgación oficial de datos epidemiológicos, sin explicación alguna. No obstante, ante la crisis humanitaria que vive el país, también se presentan oportunidades tecnológicas como solución, pues es necesario desarrollar métodos novedosos de predicción y prevención de una multiplicidad de dolencias, entre ellas, las ENT, de tal forma que incorpore a cada persona en el mejoramiento de su propia atención sanitaria a escala poblacional. Es decir, la medicina predictiva, preventiva, personalizada y participativa.

La salud digital, predictiva y preventiva, abarca un amplio espectro de la atención sanitaria, desde la llamada salud móvil y los dispositivos portátiles, la información digital de historias electrónicas y la telemedicina, hasta la medicina de precisión o personalizada. El propósito de esta revolución tecnológica es, precisamente, mejorar el acceso a la salud, reducir costos, aumentar la calidad de la atención médica, y ampliar la visión del médico con la participación de sanos y pacientes. El acceso a la data masiva de salud a escala poblacional que abarca desde países y regiones hasta todo el globo terráqueo permite, a su vez, el uso de la inteligencia artificial para hallar patrones insospechados de riesgo e inclusive puede revelar posibles relaciones de causa-efecto en muchas enfermedades. Esta visión amplia da lugar a la llamada Medicina de Sistemas, capaz de sintetizar múltiples dimensiones de la salud a distintos niveles y escalas, bajo la estructura de redes complejas que ilustran en forma gráfica las relaciones sociales desde moléculas a células en todos los tejidos humanos, hasta alcanzar el comportamiento individual y colectivo de sanos y enfermos.
Estos comentarios vienen al caso por la reciente publicación en la revista Science, del 28/08/2020, sobre el impulso de la pandemia Covid-19 a la medicina digital y la telemedicina en ese gran país. Amurag Agrawal, resume los retos y avances de la siguiente manera: «Garantizar el flujo de datos de calidad en los hogares, los centros de diagnóstico, las clínicas y los hospitales es un desafío importante que requiere dispositivos de salud y dispositivos portátiles conectados de alta calidad y bajo costo, un área que ahora ha sido priorizada por el Consejo de Investigación Científica e Industrial de India.»