CV. A medida que aumentan los casos de COVID larga, surgen pistas sobre quiénes corren más riesgo

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POR EMILY SOHN, A medida que aumentan los casos de COVID larga, surgen pistas sobre quiénes corren más riesgo | National Geographic

Recopilado por Carlos Cabrera Lozada. Miembro Correspondiente Nacional, ANM puesto 16. ORCID: 0000-0002-3133-5183. 01/10/2023

Decenas de millones de personas tienen ahora una serie de síntomas persistentes. Conocer sus factores de riesgo comunes podría ayudar a adaptar los tratamientos.

Eliana Uku no estaba demasiado preocupada cuando enfermó de COVID-19 en marzo de 2020. Tenía 26 años y estaba sana, hacía ejercicio casi todos los días y al principio sus síntomas eran leves. Incluso con fiebre baja, tos, fatiga y un leve dolor de cabeza, siguió trabajando en su empleo como estratega corporativa en la ciudad de Nueva York (Estados Unidos). Tres semanas después de la aparición de los primeros síntomas, se sentía lo suficientemente bien como para volver a correr.

Pero la tos persistía y, al cabo de un mes aproximadamente, aparecieron nuevos síntomas, como lagunas de memoria y sensibilidad al sonido. Todo era dolorosamente ruidoso, incluso el sonido de su novio al lavar los platos, lo que llevó a la pareja a utilizar platos de papel. Olvidaba palabras y su mente se quedaba en blanco en las reuniones de trabajo. En mayo tenía insomnio, piernas inquietas y fuertes náuseas. Su ritmo cardíaco se disparaba hasta las 160 pulsaciones por minuto después de estar de pie durante unos minutos, a pesar de que solía ser una corredora de maratón con un ritmo cardíaco en reposo de en torno a las 40 pulsaciones.

Asustada y confundida, Uku acudió a urgencias en mayo de 2020, donde un médico le dijo que algunos pacientes informaban de síntomas persistentes o incluso nuevos de COVID-19, una condición que ahora se denomina COVID larga o COVID prolongada (el Ministerio de Sanidad de España también la denomina COVID persistente).

Ahora, casi dos años después de que enfermara por primera vez de SARS-CoV-2, Uku sigue sin poder trabajar y ha tenido que aplazar su admisión en la Stanford Business School.

Con los estudios científicos en curso y una definición en constante cambio, la COVID larga sigue confundiendo y frustrando a los pacientes y a los proveedores de atención sanitaria. Pero las estimaciones sobre el número de personas que padecen COVID larga oscilan entre el 10 por ciento y más del 50 por ciento de todos los casos confirmados, lo que hace imprescindible que los investigadores comprendan sus causas y efectos.

En un importante paso adelante, los científicos están ahora investigando los factores de riesgo biológicos que hacen que algunas personas sean más susceptibles a esta enfermedad. En un artículo reciente, los investigadores han realizado el análisis más exhaustivo hasta la fecha de los factores de predicción de la COVID prolongada, descubriendo un conjunto de condiciones específicas que se asocian con síntomas persistentes.

Averiguar cómo influyen estos factores en la trayectoria de la COVID-19 de un individuo podría alertar a las personas (ya sea antes de que enfermen o en las primeras fases de la infección) de que son vulnerables a desarrollar una COVID prolongada, afirma Jim Heath, presidente del Instituto de Biología de Sistemas, una organización de investigación sin ánimo de lucro de Seattle (Estados Unidos), y uno de las docenas de coautores del nuevo artículo.

El nuevo estudio, aunque exhaustivo, no es el único intento de identificar las vulnerabilidades biológicas de la COVID larga, dice Anna Ssentongo, epidemióloga de enfermedades infecciosas de la Facultad de Medicina de Penn State en Hershey (Pensilvania; Estados Unidos), que no formó parte del equipo del estudio. Pero no es el único intento de identificar vulnerabilidades biológicas, señala. Otros estudios se han centrado en factores genéticos e incluso en cambios en el microbioma como posibles factores de riesgo de la COVID larga.

Con el tiempo, la investigación de estos factores de riesgo podría conducir a tratamientos personalizados para la COVID larga, dice Avindra Nath, director clínico del Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares, que forma parte de los Institutos Nacionales de Salud de EE.UU.. También podría reducir las tasas de COVID larga, añade, y ayudar a legitimar las quejas de las personas que desarrollan una enfermedad que no tiene una prueba concluyente ni siquiera una definición clara.

Academia Nacional de Medicina