Recopilado por Carlos Cabrera Lozada. Director del postgrado de Medicina Materno Fetal. Universidad Central de Venezuela. ORCID: 0000-0002-3133-5183. 08/07/2021
La infección por el virus del SARS-CoV-2 puede manifestarse clínicamente como una enfermedad leve, grave o crítica. En los primeros reportes de mujeres embarazadas se estableció que aproximadamente el 86% de gestantes tenían una infección leve, el 9% tenía una
grave y el 5% una crítica (1,2).
Dentro de las manifestaciones clínicas de las pacientes con sintomatología leve se encuentran tos seca, fiebre, mialgias, entre otras. En la infección grave puede haber hipoxemia con hipoxia, taquipnea y disnea, mientras en la infección crítica puede encontrarse alteraciones que comprometan la vida de la paciente, como son la insuficiencia respiratoria y la coagulación intravascular diseminada. Esta última se presenta sobre todo en la enfermedad avanzada asociada a falla multiorgánica (2,3). Dentro de todo el espectro de manifestaciones clínicas es importante detallar que se han presentado muchos más casos de eventos trombóticos que los esperados (4).
Un evento trombótico está dado por alteraciones en la coagulación y está íntimamente relacionado con la tríada de Rudolf Virchow que incluye lesión endotelial, flujo sanguíneo anormal (estasis o turbulento) e hipercoagulabilidad, y todos ellos pueden darse ante una respuesta inmune exagerada. Además, la triada cumple un papel importante porque combina la cascada de coagulación e inflamación en la formación del coágulo (4).
Todas las alteraciones parecen ser causadas por al menos dos mecanismos principales:
• Inmunotrombosis (trombosis microvascular pulmonar)
• Tromboembolismo venoso asociado a hospitalización (5,6)