Dr. Michael R. Mueller, et al. DOI: https://doi.org/10.1016/j.mayocp.2023.04.007
Recopilado por José Luis Cevallos González. Miembro Correspondiente Nacional, ANM puesto 4. 27/07/2023
Resumen
Los síndromes posinfecciosos se han descrito desde la pandemia de influenza española de 1918. Un síndrome similar, la condición pos-COVID (PCC), es común; ocurre meses después de la infección por COVID-19 e involucra fatiga, malestar postesfuerzo, disnea, pérdida de memoria, dolor difuso y ortostasis. El impacto médico, psicosocial y económico del PCC es inmenso. En los Estados Unidos, PCC ha causado desempleo generalizado y miles de millones en salarios perdidos. Los factores de riesgo para el desarrollo de PCC son el sexo femenino y la gravedad de la infección aguda por COVID-19. Los mecanismos fisiopatológicos propuestos incluyen inflamación del sistema nervioso central, reservorios virales, proteína espiga persistente, desregulación del receptor celular y autoinmunidad. Debido a que los síntomas de presentación a menudo son vagos, el enfoque de la evaluación debe ser integral con la consideración de otras enfermedades que podrían hacerse pasar por PCC. Los tratamientos de PCC se investigan poco, se basan en gran medida en expertos y es probable que evolucionen a medida que surja más evidencia. Las terapias actuales, que están dirigidas a los síntomas, incluyen medicamentos y terapias no farmacológicas como la optimización de la ingesta de líquidos, prendas de compresión, actividad progresiva, meditación, biorretroalimentación, rehabilitación cognitiva y tratamiento de los trastornos del estado de ánimo concomitantes. Muchos pacientes disfrutarán de mejoras significativas en su calidad de vida con tratamientos multimodales y cuidados longitudinales. incluyen medicamentos y terapias no farmacológicas como la optimización de la ingesta de líquidos, prendas de compresión, actividad progresiva, meditación, biorretroalimentación, rehabilitación cognitiva y tratamiento de los trastornos del estado de ánimo concomitantes. Muchos pacientes disfrutarán de mejoras significativas en su calidad de vida con tratamientos multimodales y cuidados longitudinales. incluyen medicamentos y terapias no farmacológicas como la optimización de la ingesta de líquidos, prendas de compresión, actividad progresiva, meditación, biorretroalimentación, rehabilitación cognitiva y tratamiento de los trastornos del estado de ánimo concomitantes. Muchos pacientes disfrutarán de mejoras significativas en su calidad de vida con tratamientos multimodales y cuidados longitudinales.