R. Alfonso Hernández Acosta, et al. https://doi.org/10.1016/j.idc.2022.01.003
Recopilado por Carlos Cabrera Lozada. Miembro Correspondiente Nacional, ANM puesto 16. ORCID: 0000-0002-3133-5183. 11/02/2022
Puntos clave:
•El SARS-CoV-2 puede causar daños generalizados en diferentes sistemas de órganos mediados por la respuesta inmune del huésped.
•Si bien el SARS-CoV-2 es un virus respiratorio, el COVID-19 afecta a muchos órganos y tiene una variedad de presentaciones clínicas.
•Long-COVID es un área de desarrollo de conocimiento que requerirá una vigilancia continua para caracterizarse completamente.
INTRODUCCIÓN
El coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo severo (SARS-CoV-2) es un miembro del género Betacoronavirus (que también incluye el coronavirus 1 [SARS] del síndrome respiratorio agudo severo y el coronavirus relacionado con el síndrome respiratorio de Oriente Medio [MERS]) que son virus de ARN monocatenario de gran sentido positivo (tamaño estimado 70-200nm) con orígenes zoonóticos y transmisibles de persona a persona. Los coronavirus llevan el nombre de las proyecciones de su membrana (Corona, lat. «corona»).1 Cuando se describió por primera vez, el virus había sido nombrado nuevo coronavirus 2019 (2019-n-CoV.) pero renombrado SARS-CoV-2 debido a una mayor similitud con el SARS-CoV de lo que se pensaba inicialmente. Desde su aparición a finales de 2019 con los primeros casos descritos en Wuhan, China, su transmisión de persona a persona es clara, con infecciones activas no contabilizadas y millones de muertes en todo el mundo. Además, la propagación aérea2 y transmisión por individuos asintomáticos3 además de su potencial de infección.
La colaboración global y las tecnologías de secuenciación han ayudado a descubrir los mecanismos patógenos detrás de la infección por SARS-CoV-2 y sus manifestaciones clínicas asociadas, llamadas colectivamente enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19). Sin embargo, la COVID-19 sigue siendo una enfermedad novedosa y su patogénesis completa aún no se ha dilucidado. Se han realizado varios estudios para comprender mejor la interacción huésped-virus y la patogénesis para desarrollar estrategias de prevención y tratamiento. La información de infecciones anteriores causadas por coronavirus como el SARS y el MERS también ha sido útil para comprender la patogénesis de este nuevo virus. A pesar de que se están estudiando varios tratamientos nuevos (y reutilizados) prometedores, aún no existe una modalidad de tratamiento clara y efectiva. El desarrollo de vacunas eficaces como parte de las estrategias preventivas también ha desempeñado un papel importante en el control de esta pandemia.4. En este artículo, revisamos la evidencia clínica y experimental disponible para la patogénesis de COVID-19 y destacamos varias presentaciones clínicas en la infección humana.