CV. Una agenda de investigación para la fatiga post-COVID-19

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Verveen, Anouk et al. «Una agenda de investigación para la fatiga post-COVID-19». Revista de investigación psicosomática vol. 154 (2022): 110726. doi:10.1016/j.jpsychores.2022.110726

Recopilado por Carlos Cabrera Lozada. Miembro Correspondiente Nacional, ANM puesto 16. ORCID: 0000-0002-3133-5183. 11/02/2022

Antecedentes

Ahora que la pandemia de COVID-19 ha estado en curso durante casi dos años, la atención se dirige cada vez más hacia lo que se llama ‘COVID prolongado’ o ‘secuelas post-agudas de la infección por SARS-CoV-2’ (PASC). La fatiga es uno de los principales síntomas de PASC [1]. Las tasas de prevalencia de fatiga persistente durante meses después del inicio de COVID-19 oscilan entre el 9% y el 58% dependiendo del momento del seguimiento, la población del estudio, el método de reclutamiento y la evaluación en profundidad [[2][3][4]].

El síndrome de fatiga postinfecciosa (PIFS) se define como fatiga persistente y severa después de una infección que no puede explicarse por otras afecciones médicas o psiquiátricas, que ha estado presente durante al menos seis meses y afecta significativamente el funcionamiento diario [5]. PIFS no es exclusivo de COVID-19. Se ha reportado después de un espectro diverso de enfermedades infecciosas, que incluyen, entre otras, la fiebre Q, la borreliosis de Lyme y el SARS-CoV-1, donde se reconocen enfermedades y discapacidades persistentes en el 10-35% de los adolescentes o adultos [[6][7][8]]. Los factores predictivos de PIFS incluyen características clínicas y de laboratorio indicativas de la gravedad de la infección aguda y factores psicológicos como las respuestas cognitivas y conductuales a la enfermedad aguda [6,9]. La pregunta de por qué algunos pacientes desarrollan PIFS mientras que otros no, sigue sin respuesta en gran medida.

La pandemia de COVID-19 brinda una oportunidad única para investigar preguntas apremiantes con respecto a los mecanismos que contribuyen a desarrollar la fatiga posterior a COVID-19, lo que potencialmente ayuda a responder preguntas no resueltas sobre PIFS después de otras infecciones. La pandemia de COVID-19 ofrece la oportunidad de investigar estas preguntas en estudios prospectivos a gran escala entre pacientes con fechas conocidas de inicio de la infección. Como COVID-19 es una pandemia mundial, brinda oportunidades para investigar los factores sociales y culturales que contribuyen a PIFS. Con estas oportunidades, es importante pensar en cómo transferir conocimiento de COVID-19 para fomentar nuestra comprensión de PIFS de manera más amplia. Por el contrario, la investigación sobre la fatiga post-COVID-19 puede beneficiarse de los conocimientos de PIFS obtenidos en investigaciones anteriores.

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