Mahmut Uludağ, et al. Bola, Órgano Mundial de la Salud. 1 de junio de 2024; 102(6): 374–374A. doi: 10.2471/BLT.22.289528
Recopilado por Carlos Cabrera Lozada. Miembro Correspondiente Nacional, ANM puesto 16. ORCID: 0000-0002-3133-5183. 05/06/2024
Resumen
Las variantes del coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo severo (SARS-CoV-2), como Alfa, Beta, Delta y el linaje ómicron altamente mutado, han causado olas de infecciones tras la propagación mundial del virus original desde 2020.1 Múltiples variantes continúan evolucionando, con miles de infecciones reportadas en todo el mundo cada semana. Por lo tanto, es necesaria una vigilancia continua de las variantes emergentes del SARS-CoV-2, especialmente teniendo en cuenta la amenaza de varios sublinajes emergentes de ómicron a nivel regional, como las hipermutadas (mutaciones ab.100) BA.2.86 y JN, que tienen propiedades de evasión inmunitaria. Un estudio informó que BA.2.86 es resistente a los anticuerpos monoclonales de clase 2 y 3 dirigidos a epítopos en el dominio de unión al receptor, además de tener una alta afinidad por el receptor, aproximadamente el doble en comparación con XBB.1.5 o EG.5.1. La nueva subvariante de BA.2.86, JN.1, supera las 100 mutaciones en comparación con el tipo salvaje, lo que sugiere un desvío evolutivo.2