
En ausencia de una vacuna, las medidas de distanciamiento social son una de las herramientas principales para reducir la transmisión del virus del coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo severo (SARS-CoV-2), que causa la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19). Mostramos que el distanciamiento social después de las declaraciones de emergencia a nivel estatal de los Estados Unidos, varía sustancialmente según el ingreso. Usando medidas de movilidad derivadas de pings de ubicación por dispositivos móviles, encontramos que las áreas de población más afluentes, disminuyeron la movilidad en forma significativamente mayor que las áreas más pobres, y este patrón general se mantiene tanto en los cuantiles de ingresos, como en las fuentes de datos y medidas de movilidad. Utilizando un diseño de estudio de eventos centrado en el comportamiento posterior a las órdenes de emergencia estatales, descubrimos una inversión en el ordenamiento del distanciamiento social por ingresos: las áreas ricas pasaron de ser las más móviles antes de la pandemia a las menos móviles, mientras que, para múltiples medidas, los más pobres las áreas pasaron de menos móvil a más. Otras Investigaciones precedentes demostraron que las comunidades de bajos ingresos tienen niveles más altos de condiciones de salud preexistentes y un menor acceso a la atención médica. La combinación de todo esto con nuestro hallazgo central —que las comunidades de bajos ingresos exhiben menor distanciamiento social— sugiere una doble carga de la pandemia de COVID-19 con claras implicaciones distributivas.