Susan Redline, et al. doi:10.1001/jama.2023.22114
Recopilado por Carlos Cabrera Lozada. Miembro Correspondiente Nacional, ANM puesto 16. ORCID: 0000-0002-3133-5183. 12/12/2023
Puntos clave
Pregunta Entre los niños que roncan sin episodios obstructivos frecuentes, ¿la adenoamigdalectomía temprana en comparación con la conducta expectante con cuidados médicos de apoyo mejora el desarrollo neurológico, la conducta u otros síntomas a los 12 meses de seguimiento?
Resultados En este ensayo clínico aleatorizado de 458 niños con trastornos respiratorios del sueño (SDB, por sus siglas en inglés) leves, la adenoamigdalectomía comparada con la conducta expectante no produjo diferencias significativas en la función ejecutiva ni en la atención a los 12 meses. El grupo de adenoamigdalectomía mejoró la calidad de vida, los síntomas, el comportamiento y la presión arterial, que se encontraban entre los resultados secundarios medidos.
En los niños con TRS leve, la adenoamigdalectomía no produjo diferencias estadísticamente significativas en los cambios en la función ejecutiva o la atención, pero condujo a mejores resultados secundarios, incluidos los síntomas, el comportamiento y la presión arterial.
Resumen
Importancia Se desconoce la utilidad de la adenoamigdalectomía en niños que tienen ronquidos habituales sin eventos respiratorios obstructivos frecuentes (trastornos respiratorios leves del sueño [TRS]).
Objetivos Evaluar la adenoamigdalectomía precoz en comparación con la conducta expectante y los cuidados de apoyo (conducta expectante) sobre los resultados del neurodesarrollo, el comportamiento, la salud y la polisomnografía en niños con TRS leve.
Diseño, entorno y participantes Ensayo clínico aleatorizado en el que participaron 459 niños de 3 a 12,9 años con ronquidos y un índice de apnea-hipopnea obstructiva (IAH) inferior a 3 inscritos en 7 centros académicos del sueño de EE. UU. desde el 29 de junio de 2016 hasta el 1 de febrero de 2021, y se realizó un seguimiento durante 12 meses.
Intervención Los participantes fueron asignados al azar 1:1 a una adenoamigdalectomía temprana (n = 231) o a una conducta expectante (n = 228).
Principales resultados y medidas Los 2 resultados principales fueron los cambios desde el inicio hasta los 12 meses para la puntuación T del Inventario de Valoración de la Conducta de la Función Ejecutiva (BRIEF) del Inventario de Valoración de la Conducta de la Función Ejecutiva (BRIEF), una medida de la función ejecutiva; y una prueba computarizada de atención, la puntuación de detección de la señal d-prime de la prueba Go/No-go (GNG), que refleja la probabilidad de respuesta a los estímulos objetivo frente a los no objetivo. Veintidós resultados secundarios incluyeron cambios a los 12 meses en el desarrollo neurológico, el comportamiento, la calidad de vida, el sueño y los resultados de salud.
Resultados De los 458 participantes de la muestra analizada (231 adenoamigdalectomía y 237 en conducta expectante; edad media, 6,1 años; 230 mujeres [50%]; 123 negros/afroamericanos [26,9%]; 75 hispanos [16,3%]; mediana del IAH, 0,5 [IQR, 0,2-1,1]), 394 niños (86%) completaron visitas de seguimiento de 12 meses. No hubo diferencias estadísticamente significativas en el cambio desde el inicio entre los 2 grupos en la función ejecutiva (puntuaciones T DE GEC BREVE: -3,1 para la adenoabigectomía frente a -1,9 para la espera vigilante; diferencia, -0,96 [IC del 95%, -2,66 a 0,74]) o la atención (puntuaciones de GNG d-prime: 0,2 para la adenoaemdalectomía frente a 0,1 para la conducta expectante; diferencia, 0,05 [IC del 95%, -0,18 a 0,27]) a los 12 meses. Los problemas de conducta, la somnolencia, los síntomas y la calidad de vida mejoraron más con la adenoamigdalectomía que con la espera vigilante. La adenoamigdalectomía se asoció con una mayor disminución a los 12 meses de los niveles de percentiles de presión arterial sistólica y diastólica (diferencia en los cambios, −9,02 [IC del 97%, −15,49 a −2,54] y −6,52 [IC del 97%, −11,59 a −1,45], respectivamente) y una menor progresión del IAH a más de 3 eventos/h (1,3% de los niños en el grupo de adenoamigdalectomía en comparación con 13,2% en el grupo de espera vigilante; diferencia, −11,2% [IC del 97%, −17,5% a −4,9%]). Seis niños (2,7%) experimentaron un evento adverso grave asociado con la adenoamigdalectomía.
Conclusiones En los niños con TRS leve, la adenoamigdalectomía, en comparación con la conducta expectante, no mejoró significativamente la función ejecutiva ni la atención a los 12 meses. Sin embargo, los niños con adenoamigdalectomía tuvieron mejores resultados secundarios, como el comportamiento, los síntomas y la calidad de vida, y una disminución de la presión arterial, a los 12 meses de seguimiento.