Yndigegn T, et al. REDUCE-AMI Investigators. Beta-Blockers after Myocardial Infarction and Preserved Ejection Fraction. N Engl J Med. DOI: 10.1056/NEJMoa2401479
Recopilado por Carlos Cabrera Lozada. Miembro Correspondiente Nacional, ANM puesto 16. ORCID: 0000-0002-3133-5183. 16/04/2024
Resumen
Antecedentes: La mayoría de los ensayos que han demostrado un beneficio del tratamiento con betabloqueantes después de un infarto de miocardio incluyeron pacientes con grandes infartos de miocardio y se realizaron en una era anterior al diagnóstico moderno del infarto de miocardio basado en biomarcadores y al tratamiento con intervención coronaria percutánea, agentes antitrombóticos, alta estatinas de alta intensidad y antagonistas del sistema renina-angiotensina-aldosterona.
Métodos: En un ensayo abierto de grupos paralelos realizado en 45 centros de Suecia, Estonia y Nueva Zelanda, asignamos aleatoriamente a pacientes con un infarto agudo de miocardio que se habían sometido a una angiografía coronaria y tenían una fracción de eyección del ventrículo izquierdo de al menos 50. % para recibir tratamiento a largo plazo con un betabloqueante (metoprolol o bisoprolol) o ningún tratamiento con betabloqueante. El criterio de valoración principal fue una combinación de muerte por cualquier causa o nuevo infarto de miocardio.
Resultados: Desde septiembre de 2017 hasta mayo de 2023, se inscribieron un total de 5.020 pacientes (95,4% de los cuales eran de Suecia). La mediana de seguimiento fue de 3,5 años (rango intercuartílico, 2,2 a 4,7). Se produjo un evento de criterio de valoración principal en 199 de 2508 pacientes (7,9%) en el grupo de betabloqueantes y en 208 de 2512 pacientes (8,3%) en el grupo de no betabloqueantes (cociente de riesgos instantáneos, 0,96; intervalo de confianza del 95%). , 0,79 a 1,16; p = 0,64). El tratamiento con betabloqueantes no pareció conducir a una menor incidencia acumulada de los criterios de valoración secundarios (muerte por cualquier causa, 3,9% en el grupo con betabloqueantes y 4,1% en el grupo sin betabloqueantes; muerte por causas cardiovasculares, 1,5% y 1,3%, respectivamente; infarto de miocardio, 4,5% y 4,7%; hospitalización por fibrilación auricular, 1,1% y 1,4%; y hospitalización por insuficiencia cardíaca, 0,8% y 0,9%). Con respecto a los criterios de valoración de seguridad, la hospitalización por bradicardia, bloqueo auriculoventricular de segundo o tercer grado, hipotensión, síncope o implantación de marcapasos se produjo en el 3,4% de los pacientes del grupo de betabloqueantes y en el 3,2% de los del grupo. grupo sin betabloqueantes; hospitalización por asma o enfermedad pulmonar obstructiva crónica en 0,6% y 0,6%, respectivamente; y la hospitalización por ictus en el 1,4% y el 1,8%.
Conclusiones: Entre los pacientes con infarto agudo de miocardio que se sometieron a una angiografía coronaria temprana y tenían una fracción de eyección del ventrículo izquierdo conservada (≥50%), el tratamiento con betabloqueantes a largo plazo no condujo a un menor riesgo del punto final primario compuesto de muerte por cualquier causa o nuevo infarto de miocardio que ningún uso de betabloqueantes.