Imdad, Aamer et al. «Fórmulas pediátricas: una actualización». Revisión de Pediatría vol. 45,7 (2024): 394-405. DOI: 10.1542/pir.2023-006002
Recopilado por Carlos Cabrera Lozada. Miembro Correspondiente Nacional, ANM puesto 16. ORCID: 0000-0002-3133-5183. 07/07/2024
Resumen
La reciente escasez de fórmulas pediátricas en los Estados Unidos, causada por problemas en la cadena de suministro y la contaminación de los productos de fórmula en una de las principales plantas de fabricación, llevó a muchas familias a buscar una fórmula alternativa para sus hijos. La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) permitió la importación de fórmulas infantiles de determinados países europeos y no europeos. Las fórmulas infantiles europeas difieren de las producidas en los Estados Unidos en cuanto a la fuente principal de la fórmula, la categoría de edad, las instrucciones de mezcla, los requisitos de etiquetado y la composición de la fórmula en términos de macronutrientes y micronutrientes. Aunque la mayoría de las fórmulas infantiles europeas son nutricionalmente adecuadas, los pediatras y las familias deben conocer las diferencias entre las fórmulas europeas y las reguladas por la FDA para su uso y preparación correctos para bebés y niños pequeños. La suplementación con leche de vaca se recomienda para los niños más allá de la infancia, y las fórmulas infantiles mayores no se recomiendan para los niños en crecimiento sanos. Sin embargo, las fórmulas pediátricas se han utilizado para satisfacer las necesidades nutricionales de los niños con dificultades de alimentación, especialmente aquellos que dependen de la alimentación por sonda y con ciertas afecciones médicas. La FDA no regula la producción de fórmulas pediátricas más allá de la fórmula infantil, y existen variaciones significativas en su composición. Las fórmulas pediátricas están disponibles como fórmulas poliméricas (intactas), hidrolizadas, elementales o licuadas a base de alimentos. Las bebidas vegetales sin fórmula (leche) se utilizan cada vez más para los niños. Es posible que estos productos no sean nutricionalmente completos y deben evitarse en bebés y niños que dependen de la nutrición líquida.