Debbie-Ann Shirley, et al. https://doi.org/10.1542/peds.2023-062307
Recopilado por Carlos Cabrera Lozada. Miembro Correspondiente Nacional, ANM puesto 16. ORCID: 0000-0002-3133-5183. 23/08/2023
Resumen
Clostridioides (anteriormente Clostridium) difficile es la causa infecciosa más importante de diarrea asociada a antibióticos en todo el mundo y una de las principales causas de infecciones asociadas a la atención sanitaria en los Estados Unidos. La incidencia de C. difficileLa infección por ICD en los niños ha aumentado: actualmente se notifican 20 000 casos cada año, lo que también plantea consecuencias educativas y económicas indirectas. A diferencia de la infección en adultos, la ICD en niños se asocia más comúnmente a la comunidad y representa tres cuartas partes de todos los casos. Puede producirse un amplio espectro de gravedad de la enfermedad, desde portador asintomático hasta diarrea grave, que varía según la edad. La enfermedad fulminante, aunque rara en niños, se asocia con una alta morbilidad e incluso mortalidad. El diagnóstico de CDI puede ser un desafío ya que las pruebas disponibles actualmente detectan la presencia de un organismo o una toxina que causa la enfermedad, pero no pueden distinguir la colonización de la infección. Dado que la colonización puede ser elevada en grupos pediátricos específicos, como los bebés y los niños pequeños, se necesitan con urgencia biomarcadores que ayuden a realizar un diagnóstico preciso. De manera similar a la enfermedad en adultos, la recurrencia de CDI en niños es común y afecta del 20% al 30% de los casos incidentes. El metronidazol se ha considerado durante mucho tiempo el tratamiento principal para la ICD en niños. Sin embargo, nueva evidencia respalda la seguridad y eficacia de la vancomicina y la fidaxomicina orales como opciones de tratamiento adicionales, mientras que el trasplante de microbiota fecal está ganando popularidad para la infección recurrente. En esta revisión se destacan los avances recientes en nuestra comprensión de las tendencias epidemiológicas emergentes y el manejo de la ICD exclusiva de los niños. A pesar de los alentadores avances terapéuticos, sigue existiendo una necesidad apremiante de optimizar la terapia CDI en niños, particularmente en lo que respecta a enfermedades graves y recurrentes. El metronidazol se ha considerado durante mucho tiempo el tratamiento principal para la ICD en niños. Sin embargo, nueva evidencia respalda la seguridad y eficacia de la vancomicina y la fidaxomicina orales como opciones de tratamiento adicionales, mientras que el trasplante de microbiota fecal está ganando popularidad para la infección recurrente. En esta revisión se destacan los avances recientes en nuestra comprensión de las tendencias epidemiológicas emergentes y el manejo de la ICD exclusiva de los niños. A pesar de los alentadores avances terapéuticos, sigue existiendo una necesidad apremiante de optimizar la terapia CDI en niños, particularmente en lo que respecta a enfermedades graves y recurrentes. El metronidazol se ha considerado durante mucho tiempo el tratamiento principal para la ICD en niños. Sin embargo, nueva evidencia respalda la seguridad y eficacia de la vancomicina y la fidaxomicina orales como opciones de tratamiento adicionales, mientras que el trasplante de microbiota fecal está ganando popularidad para la infección recurrente. En esta revisión se destacan los avances recientes en nuestra comprensión de las tendencias epidemiológicas emergentes y el manejo de la ICD exclusiva de los niños. A pesar de los alentadores avances terapéuticos, sigue existiendo una necesidad apremiante de optimizar la terapia CDI en niños, particularmente en lo que respecta a enfermedades graves y recurrentes. En esta revisión se destacan los avances recientes en nuestra comprensión de las tendencias epidemiológicas emergentes y el manejo de la ICD exclusiva de los niños. A pesar de los alentadores avances terapéuticos, sigue existiendo una necesidad apremiante de optimizar la terapia CDI en niños, particularmente en lo que respecta a enfermedades graves y recurrentes. En esta revisión se destacan los avances recientes en nuestra comprensión de las tendencias epidemiológicas emergentes y el manejo de la ICD exclusiva de los niños. A pesar de los alentadores avances terapéuticos, sigue existiendo una necesidad apremiante de optimizar la terapia CDI en niños, particularmente en lo que respecta a enfermedades graves y recurrentes.