Brad Pasternak, https://doi.org/10.1016/j.sempedsurg.2024.151398
Recopilado por Carlos Cabrera Lozada. Miembro Correspondiente Nacional, ANM puesto 16. ORCID: 0000-0002-3133-5183. 15/05/2024
Resumen
El tratamiento de la enfermedad inflamatoria intestinal, tanto la enfermedad de Crohn (EC) como la colitis ulcerosa (CU), ha experimentado un cambio sísmico en la última década. En los últimos cinco años, se han introducido muchas terapias nuevas con diferentes mecanismos de acción y con el objetivo de lograr la cicatrización de la mucosa, así como la remisión clínica y bioquímica (1,2). Además, el tratamiento tiene como objetivo restaurar el crecimiento normal y normalizar la calidad de vida. El objetivo final es individualizar el manejo médico y determinar el fármaco adecuado para el paciente adecuado, identificando qué vía inflamatoria es predominante y evitando la falta de eficacia injustificada o los efectos secundarios a través de biomarcadores y pronóstico de riesgo. La edad del paciente, la ubicación de la enfermedad, el comportamiento (inflamatorio vs. penetrante/estructurante), la gravedad y el retraso en el crecimiento influyen en la decisión sobre el mejor enfoque de tratamiento. En última instancia, la intervención temprana es clave para prevenir complicaciones. Los enfoques terapéuticos para el tratamiento se pueden desglosar en terapia nutricional, agentes biológicos, inmunomoduladores (incluidos los corticosteroides), aminosalicilatos y antibióticos. Existen muchas otras terapias, como los agentes de moléculas pequeñas recientemente aprobados en adultos, que están despertando un gran interés.