Hasta el 22 de febrero de 2020, más de 77662 casos de COVID-19 confirmados se han documentado en todo el mundo con más de 2360 muertes. Las presentaciones comunes de casos confirmados incluyen fiebre, fatiga, tos seca, congestión de las vías respiratorias superiores, producción de esputo, dificultad para respirar, mialgia / artralgia con linfopenia, tiempo prolongado de protrombina, proteína C reactiva elevada y lactato deshidrogenasa elevada. La proporción de casos graves/críticos informados es de aproximadamente 7-10% y la mediana del tiempo hasta el ingreso a cuidados intensivos es de 9.5-10.5 días con una mortalidad de alrededor de 1-2% variada geográficamente. Al igual que los brotes de otros virus recientemente identificados, no existe un régimen comprobado de la medicina convencional y la mayoría de los informes manejaron a los pacientes con lopinavir / ritonavir, ribavirina, beta-interferón, glucocorticoide y tratamiento de soporte con remdesivir sometidos a ensayos clínicos. En China, la medicina china se propone como una opción de tratamiento según las pautas nacionales y provinciales con una utilización sustancial. Revisamos las últimas guías clínicas nacionales y provinciales, estudios de cohorte retrospectivos y series de casos sobre el tratamiento de COVID-19 con la medicina china complementaria. También hemos revisado la evidencia clínica generada por el manejo del SARS y el H1N1 con mecanismos hipotéticos y los últimos hallazgos in silico para identificar los medicamentos chinos candidatos para la consideración de posibles ensayos y manejo. Dada la escasez de regímenes fuertemente basados en evidencias, los datos disponibles sugieren que la medicina china podría considerarse como una opción terapéutica complementaria en el tratamiento de COVID-19.