Uso de probióticos en infantes pretérminos

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Artículo original: Use of Probiotics in Preterm Infants

Poindexter B, AAP COMMITTEE ON FETUS AND NEWBORN. Use of Probiotics in Preterm Infants. Pediatrics. 2021;147(6):e2021051485 doi: https://doi.org/10.1542/peds.2021-051485

Recopilado por Germán Rojas Loyola. ORCID: 0000-0003-2681-7871. 10/06/2021

Los productos probióticos en los Estados Unidos están disponibles para su uso en la categoría general de suplementos dietéticos, sin pasar por el rigor del proceso de aprobación de la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA) en cuanto a seguridad, eficacia y estándares de fabricación. Como resultado, los probióticos actualmente disponibles carecen del etiquetado de medicamento aprobado por la FDA y no pueden comercializarse para tratar o prevenir enfermedades en bebés prematuros, incluida la enterocolitis necrotizante (ENC) y la sepsis neonatal de aparición tardía.

Sin embargo, el número de bebés prematuros que reciben probióticos en los Estados Unidos y Canadá aumenta constantemente. Según informes recientes obtenidos de bases de datos en los Estados Unidos, aproximadamente el 10% de los recién nacidos con edad gestacional extremadamente baja, reciben diversos preparados con probióticos durante su estadía en las unidades de cuidados intensivos neonatales (UCIN), con diferencias y enmascaramiento de aspectos metodológicos entre los protocolos, diferentes cepas y combinaciones de la terapia; sumado a resultados primarios a priori. Los grandes metanálisis de estos ensayos han demostrado la eficacia de los probióticos de cepas múltiples para reducir la ENC y la mortalidad por todas las causas, mientras que la eficacia de las preparaciones de probióticos de una sola cepa se ha mostrado como menos segura.

Algunos de estos preparados, con grado de suplemento dietético, han sido retirados recientemente del mercado por contaminación. Dada la falta de productos regulados por la FDA en los Estados Unidos, los datos son contradictorios en relación a la seguridad, eficacia y el potencial de daño en una población altamente vulnerable, la evidencia actual no respalda la administración rutinaria y universal de probióticos a bebés prematuros, en particular aquellos con un peso al nacer de <1000 g.

Los centros hospitalarios que tomen la decisión de administrar probióticos para bebés prematuros, deben discutir los posibles riesgos y beneficios de esta terapia con los padres y formalizar el consentimiento informado; así mismo, realizar vigilancia para evaluar los impactos en estos ambientes, pues la introducción de probióticos ha demostrado alterar la flora del centro y potencialmente afectar a todos los bebés hospitalizados.

Los médicos deben ser conscientes de la falta de estándares regulatorios para los preparados probióticos disponible comercialmente y fabricados como suplementos dietéticos, así como la potencial de contaminación con especies patógenas.

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