Salutación de apertura por el Dr. Enrique López Loyo en la Sesión Solemne Conmemorativa del Día del Médico Venezolano. 10 de marzo de 2022

Compartir

Enrique López-Loyo. Presidente de la Academia Nacional de Medicina Individuo de Número Sillón XXXI

Ciudadano Individuos de Número, Miembros Correspondientes Nacionales e Internacionales, Invitados de Cortesía e Invitados Especiales de nuestra Corporación.
Ciudadanos Académicos Presidentes e Integrantes de las Academias Nacionales hermanas, en especial Nuestra Oradora de orden de hoy, Dra. Carole Leal, Directora de la Academia Nacional de la Historia, Señora Presidente y demás miembros de la Sociedad Venezolana de Dermatología que hoy nos acompañan, invitados especiales, distinguidos familiares y amigos del Dr. José Francisco Torrealba, Arquitecto Mariela Ramírez Coordinadora del Foro Cívico de Venezuela, Señoras y Señores, amigos todos.

Este día 10 de marzo de 2022 se conmemora el Día del Médico en nuestro país, en honor al Dr. José María Vargas Ponce, venezolano integral nacido en La Guaira tal día como hoy en 1786. Médico cirujano formado en Europa, científico, catedrático de la Universidad de Caracas, además de político,
escritor, inspirador de la civilidad y Presidente de Venezuela. Fue la primera presidencia ejercida por un ciudadano no proveniente del mundo militar.

El Libertador Simón Bolívar, durante lo que sería su última estadía en Venezuela en 1826, llama al doctor José María Vargas para confiarle la misión de restaurar la Universidad de Caracas, nuestra actual Universidad Central de Venezuela. Vargas ya para el año 1827 inicia una Universidad nueva, implementando el modelo formativo de los grandes centros europeos en los cuales estudió. Le da apertura a la Facultad de Medicina, Iniciando los estudios anatómicos además de botánica, mineralogía y química, ramas del saber hasta ese entonces desconocidos dentro la sociedad venezolana.

Por su trascendencia como líder civil rendimos homenaje a su ejemplo, a su venezolanidad y a su compromiso con el paciente basado en la preparación científica y en la búsqueda del logro de su bienestar integral. Por ello hemos sentido como Venezolanos el agravio porque que se haya desconocido el que su tierra natal, hoy como estado del país, lleve su nombre y que su imagen,
que presidía a todos los centros de salud de la nación haya sido sustituía por “nuevo héroe de medicina”, un personaje histórico oscuro nacido en Argentina, descrito como médico, que al contrario de salvar vidas, fue capaz de ordenar y ejercer de propia mano, la desaparición física de quienes se le opusieron, fusil en mano, a la instauración de un pensamiento único, banderando la barbarie, en contraposición con la visión humanística y universal, dedicado al respeto y cuido de la vida de sus semejantes, que caracterizó a nuestro prócer. La historia llevará de nuevo a Vargas al sitio de honor y le dará continuidad a su discurso fundamental que todos recordamos, al ser increpado por el militar Pedro Carujo al llegar a expulsarlo del ejercicio de su Presidencia, cuando le dijo casi gritando: «Señor Vargas, el mundo es de los valientes.» . Contestando con el tono de su sabiduría: «No, el mundo es del hombre justo. Es el hombre de bien, y no el valiente, el que siempre ha vivido y vivirá feliz sobre la tierra y seguro sobre su conciencia. “

Hoy traemos de nuevo su pensamiento para impulsar nuestro trabajo institucional, para recordar a los médicos venezolanos que los principios de la civilidad están y estarán presentes en nuestro devenir como una impronta inolvidable y como guía de nuestro proceder profesional y que debe impregnar de forma trascendente a nuestra sociedad, cada vez más injusta y hostil. Con el ejemplo de Vargas y la bandera de la justicia. Con ése ejemplo Vargas nos dejó un claro mensaje: Venezuela necesita de ciudadanos y no de milicianos.

Para contextualizar en qué situación nos encuentra este 10 de marzo de 2022, debemos recordar que por esta época se cumple otro año de la declaración del estado de pandemia por la irrupción de la infección por el SAR-CoV2, denominada como la COVID-9. En el caso de Venezuela la comunidad científica mantiene dudas sobre la verdadera caracterización de la pandemia, lo cual es corroborado por importantes organizaciones de investigación sanitaria, donde establecen que estamos entre los países en los cuales en número de casos y muertes no se corresponden con las cifras reales, debido a
la baja disponibilidad de pruebas diagnósticas y el registro incorrecto de las muertes atribuibles al COVID-19. Nuestra Academia ha estado firme en su propósito de mantener una posición institucional dando una visión clara del deber ser en tiempos de pandemia, con boletines oportunos y ricos en orientaciones claras y basados en evidencias científicas.

En el último año se ha consolidado la estrategia de vacunación en todo el mundo y a medida que progresa la cantidad de personas vacunadas, se genera una curva inversa de disminución progresiva del número de casos, al iniciar este trimestre han sido administradas 10.8 billones de dosis totales en el mundo, con 4.39 billones de personas totalmente vacunadas. Para Venezuela estas investigaciones internacionales establecen que se han administrado 37.9 millones de dosis, con 14.3 millones de personas totalmente vacunadas, para una cobertura completa de vacunación anti Covid-19 que alcanza al 56,2% de la población y con al menos una dosis de 63,7%, de ellas se determinó para el mismo inicio del primer trimestre de 2022 que al 18,1% de la población se le había aplicado el refuerzo.

A pesar de las cifras que puntualmente exhiben un grupo significativo de países, otros no cuentan con las vacunas suficientes para cumplir la meta que exige la Organización Mundial de la Salud, muestra de las inequidades en la disposición de recursos que persiste en áreas geográficas específicas, tales como el continente africano. Se busca que los países más industrializados propicien la donación urgente de insumos vacunales para evitar la recirculación viral que puede generar variantes que desafíen la eficacia de las vacunas existentes y de los tratamientos ya establecidos con éxito para subyugar el curso clínico agresivo de la patología.

En medio de la atenuación progresiva de la pandemia el mundo se ha sorprendido con la situación que plantea la invasión que ha iniciado el pasado 24 de febrero el gobierno ruso sobre el territorio de Ucrania, un hecho que lleva de nuevo la guerra al continente europeo. Las academias nacionales hemos emitido un comunicado donde manifestamos que la invasión rusa a Ucrania afecta inicialmente en forma directa a los ciudadanos de Ucrania y Rusia, pero bien puede desembocar en una crisis global cuyo impacto es difícil de cuantificar en estos momentos, porque ello altera y debilita el orden internacional y puede llevar a materializar acciones bélicas que conduzcan a otra conflagración global. Aquí manifestamos nuestro apoyo a los propios académicos rusos, quienes también han alzado su voz de protesta para puntualizar su voluntad por la paz.

Como vemos, este es un año lleno de contrastes, en el cual se conjugan la unidad inicial para sobrevivir juntos en todo el mundo a fin de superar una infección con alta letalidad y que puso en peligro nuestra indemnidad global, y por otra parte un líder lleva a la guerra y amenaza a una nación soberana sin importar las consecuencias de una guerra mundial con la utilización de armas no convencionales que pueden poner fin a la vida del hombre sobre la tierra.

He aquí parte de los límites extremos de la ambición de poder y de los alcances de las ideologías totalitaristas que toman la pérdida de vidas humanas solo como daños colaterales.
Por todo ello, los médicos continuaremos de pie en defensa de la vida y por la libertad de elegir y compartir ideas engrandecedoras para una sociedad cada vez más compleja. Finalmente esto me lleva a repetir, tal como dijo Vargas:

«No, el mundo es del hombre justo. Es el hombre de bien, y no el valiente, el que siempre ha vivido y vivirá feliz sobre la tierra y seguro sobre su conciencia”.

Señoras, señores, muy buenos días.

Deja un comentario

Academia Nacional de Medicina