DOI: https://doi.org/10.47449/CM.2021.2.7 José Esparza, Gilberto Vizcaíno y Flor H. Pujol³. 21/05/2021
Introducción
Diferentes plataformas vacunales han sido utilizadas para producir vacunas contra la COVID-19, entre ellas, virus completos inactivados (ej, Sinopharm, Sinovac. Covaxin), ácido ribonucleico mensajero (ej, Pfizer/BioNTech, Moderna), proteínas recombinantes presentadas como nanopartículas (ej, Novavax), y el uso de vectores de adenovirus (ej. Sputnik V, Oxford/AstraZeneca, Janssen/Johnson & Johnson, Cansino) (1,2).
Al menos dos vacunas basadas en adenovirus vectores (Oxford/AstraZeneca y Janssen/Johnson and Johnson) han sido asociadas con el síndrome de trombosis con trombocitopenia (STT) que discutiremos en este artículo. Ambas vacunas han sido consideradas, o están siendo consideradas, para su uso en Venezuela. Este artículo provee información que puede ser útil para tomar decisiones al respecto.
Comentarios finales y conclusiones
La detección de casos muy poco frecuentes de STT entre las personas que recibieron las vacunas de Oxford/AstraZeneca en Europa occidental, y de Janssen/J&J en los Estados Unidos, es una demostración de que los sistemas de detección temprana de efectos secundarios de vacunas funcionan en esos países. Así mismo, la decisión de poner en pausa la administración de dichas vacunas, hasta tener una mejor idea de la magnitud del problema, fue una medida responsable. Y la decisión de continuar los programas de vacunación con dichas vacunas, basadas en un análisis de los riesgos/beneficios, fue la más apropiada desde el punto de vista de salud pública.