
Prof. German Eduardo Piñate, Ministro de Educación Popular
La Academia Nacional de Medicina (ANM), corporación oficial, científica y doctrinaria, que representa a la Ciencia Médica Nacional, nuevamente se dirige respetuosamente a usted en la oportunidad de manifestar algunas consideraciones en relación al anuncio hecho por el Ejecutivo Nacional sobre la vuelta a clases en pandemia.
La educación es un instrumento poderoso que permite a los niños y adultos que se encuentran social y económicamente marginados, salir de la pobreza y participar plenamente en la vida de la comunidad. La pandemia expuso las graves consecuencias del debilitamiento de este importante sector y aunque el aprendizaje en línea está resultando útil para salvaguardar la salud de los estudiantes y profesores, no es tan eficaz como el aprendizaje convencional. Las “clases online” en Venezuela no trascurren de manera efectiva ya que una gran mayoría de los estudiantes y profesores no pueden acceder a Internet debido a problemas técnicos y monetarios, la mayoría de los padres sienten que sus hijos no aprenden y cada vez más los docentes abandonan sus puestos por devengar un salario que no les alcanza ni para pasajes.
El deterioro y el vandalismo al cual han sido sometidas las instalaciones escolares, a todos los niveles, sobre todo a nivel público, sería otro problema a abordar y solucionar en caso de llevarse a efecto el anuncio oficial de las clases presenciales.
Reconociendo la necesidad de la población estudiantil de volver a las aulas, deben cumplirse algunas premisas entre las cuales destacamos: tomar en consideración la prevalencia de la Cepa Delta , más contagiosa, de acuerdo a zonas geográficas e incidencia poblacional, vacunación del profesorado y personal de los planteles educativos, vacunación de los niños y niñas a partir de los 12 años de edad, con vacunas aprobadas por la OMS y no con prototipos vacunales, refacción de la planta física de las escuelas, dotación de baños funcionales, con suministro continuo de agua y jabón, proveer de gel alcoholado para la entrada a los salones de clase, suministrar diariamente mascarillas o tapabocas en los planteles educativos para personal y estudiantes, entrenar al personal docente sobre normas de bioseguridad y hacer que las mismas se cumplan, planificar las clases presenciales con aforo reducido, dotar a profesores y estudiantes de equipos de computación y entrenarlos en el uso de los mismos, mejorar la disponibilidad y calidad de la internet, entre otras medidas a considerar. Solo así, podría pensarse en una vuelta a clases con el menor riesgo posible para todos.