INTRODUCCION
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la vacunación contra la COVID-19 como
una herramienta de prevención primaria fundamental para limitar los efectos sanitarios y
económicos devenidos de la pandemia. Como consecuencia, disponer de vacunas eficaces y
seguras a corto plazo, contribuirá a reducir la incidencia de la enfermedad, las hospitalizaciones y
las muertes relacionadas con la COVID-19 y ayudará a restablecer de manera gradual una nueva
normalidad en la región. Como es de conocimiento, dentro de los criterios de elegibilidad de
donantes, debe considerarse la aplicación de vacunas en los candidatos a la donación de sangre.
Aun entendiendo que la composición de las vacunas disponibles hasta la fecha (las que utilizan
ARN mensajero y aquellas que utilizan adenovirus no replicantes) no deberían tener efectos
indeseables en los receptores de la sangre, las recomendaciones están basadas en reducir el
riesgo de descartar los componentes si el donante que recibió la vacuna desarrolla síntomas
directamente relacionados con la vacuna en las dos semanas posteriores a la donación.