CV. Vigilancia del sarampión: lecciones de la pandemia de COVID-19

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Samieefar, Noosha et al. «Vigilancia del sarampión: lecciones de la pandemia de COVID-19». Journal of clinical virology plus vol. 3,2 (2023): 100141. doi: 10.1016/j.jcvp.2023.100141

Recopilado por Carlos Cabrera Lozada. Miembro Correspondiente Nacional, ANM puesto 16. ORCID: 0000-0002-3133-5183. 13/02/2022

Resumen

El sarampión, también conocido como rubéola, es una enfermedad viral causada por la familia de los paramixovirus [1]. Antes de la llegada de su vacuna en 1963, el sarampión mataba a aproximadamente 2.6 millones de personas por año, y aunque una vacuna efectiva y segura había estado disponible en 2018, se informaron 140,000 muertes asociadas [2]. Para el sarampión, R0 (El número básico de reproducción) a menudo se estima en 12-18, que se considera un número muy alto [3].

En julio de 2010, la OMS anunció que el sarampión puede y debe ser erradicado. La propagación del sarampión es un poderoso indicador del estado de los programas de vacunación en una región, ya que los brotes a menudo son el resultado de problemas subyacentes en la vacunación de rutina.

En los últimos años, debido a las preocupaciones de COVID-19, las personas han descuidado o retrasado los programas de vacunación de rutina, incluido el sarampión [4]. El 23 de noviembre del 2022, los CDC anunciaron que aproximadamente 40 millones de niños están en peligro de contraer sarampión, debido a la falta de dosis de vacunas como resultado de la pandemia de COVID-19. Este año, el mundo se encontró con grandes brotes persistentes que advierten atención [5].

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