Directrices mundiales de la Organización Mundial de Gastroenterología. Probióticos y prebióticos

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Francisco Guarner, et al. https://www.worldgastroenterology.org/guidelines/probiotics-and-prebiotics/probiotics-and-prebiotics-spanish

Recopilado por Carlos Cabrera Lozada. Miembro Correspondiente Nacional, ANM puesto 16. ORCID: 0000-0002-3133-5183. 22/07/2024

Resumen

Historia y definiciones

Hace más de un siglo, Elie Metchnikoff (científico ruso, premio Nobel y profesor del Instituto Pasteur de París) postuló que las bacterias ácido lácticas (LAB; Tabla 1) eran buenas para la salud y podían promover la longevidad. Sugirió que la «autointoxicación intestinal» y el envejecimiento resultante podrían suprimirse modificando la microbiota intestinal y sustituyendo los microbios proteolíticos -que producen sustancias tóxicas como fenoles, indoles y amoníaco a partir de la digestión de proteínas- por microbios sacarolíticos. Desarrolló una dieta con leche fermentada con una bacteria a la que llamó «bacilo búlgaro».

A este concepto le siguieron otros desarrollos iniciales. Los trastornos del tracto intestinal se trataban a menudo con bacterias no patógenas viables para cambiar o sustituir la microbiota intestinal. En 1917, antes de que Sir Alexander Fleming descubriera la penicilina, el profesor alemán Alfred Nissle aisló una cepa no patógena de Escherichia coli de las heces de un soldado de la Primera Guerra Mundial que no desarrolló enterocolitis durante un brote grave de shigelosis. La cepa resultante de Escherichia coli Nissle 1917 es un ejemplo de probiótico no LAB.

Henry Tissier (del Instituto Pasteur) aisló una Bifidobacterium de un lactante amamantado con el objetivo de administrársela a los niños que sufrían diarrea. Su hipótesis era que desplazaría a las bacterias proteolíticas causantes de la diarrea. En Japón, el Dr. Minoru Shirota aisló la cepa Shirota de Lacticaseibacillus paracasei para combatir los brotes diarreicos. Desde 1935 se comercializa un producto probiótico con esta cepa.

Estos fueron los precursores de un campo científico que ha florecido. Hoy en día, una búsqueda de ensayos clínicos en humanos en PubMed muestra que se han publicado más de 1500 ensayos sobre probióticos. Aunque estos estudios son heterogéneos en cuanto a las cepas y poblaciones incluidas, la evidencia acumulada apoya la opinión de que sus beneficios pueden medirse a través de una serie de resultados que se han ido evaluando.

Academia Nacional de Medicina