Marie B Demay, et al, Vitamina D para la prevención de enfermedades: una guía de práctica clínica de la Sociedad Endocrina, Revista de Endocrinología Clínica y Metabolismo, volumen 109, número 8, agosto de 2024, páginas 1907-1947, https://doi.org/10.1210/clinem/dgae290
Recopilado por Carlos Cabrera Lozada. Miembro Correspondiente Nacional, ANM puesto 16. ORCID: 0000-0002-3133-5183. 10/08/2024
Resumen
Numerosos estudios demuestran asociaciones entre las concentraciones séricas de 25-hidroxivitamina D (25[OH]D) y una variedad de trastornos comunes, que incluyen enfermedades musculoesqueléticas, metabólicas, cardiovasculares, malignas, autoinmunes e infecciosas. Aunque no se ha establecido claramente una relación causal entre las concentraciones séricas de 25(OH)D y muchos trastornos, estas asociaciones han llevado a una suplementación generalizada con vitamina D y a un aumento de las pruebas de laboratorio para la 25(OH)D en la población general. La relación beneficio-riesgo de este aumento en el uso de vitamina D no está clara, y la ingesta óptima de vitamina D y el papel de las pruebas de 25(OH)D para la prevención de enfermedades siguen siendo inciertos.
Objetivo
Desarrollar directrices clínicas para el uso de la vitamina D (colecalciferol [vitamina D3] o ergocalciferol [vitamina D2]) para reducir el riesgo de enfermedad en individuos sin indicaciones establecidas para el tratamiento con vitamina D o pruebas de 25(OH)D.
Métodos
Un panel multidisciplinario de expertos clínicos, junto con expertos en metodología de guías y revisión sistemática de la literatura, identificó y priorizó 14 preguntas clínicamente relevantes relacionadas con el uso de pruebas de vitamina D y 25(OH)D para reducir el riesgo de enfermedad. El panel dio prioridad a los ensayos aleatorizados controlados con placebo en poblaciones generales (sin una indicación establecida para el tratamiento con vitamina D o pruebas de 25[OH]D), que evaluaron los efectos de la administración empírica de vitamina D a lo largo de la vida, así como en determinadas afecciones (embarazo y prediabetes). El panel definió la «suplementación empírica» como la ingesta de vitamina D que (a) excede las Ingestas Dietéticas de Referencia (DRI) y (b) se implementa sin pruebas para 25(OH)D. Las revisiones sistemáticas consultaron bases de datos electrónicas para publicaciones relacionadas con estas 14 preguntas clínicas. Se utilizó la metodología de Gradación de Recomendaciones, Evaluación, Desarrollo y Evaluación (GRADE) para evaluar la certeza de la evidencia y orientar las recomendaciones. El enfoque incorporó las perspectivas de un representante del paciente y consideró los valores del paciente, los costos y recursos necesarios, la aceptabilidad y la viabilidad, y el impacto en la equidad en salud de las recomendaciones propuestas. El proceso para desarrollar esta guía clínica no utilizó un marco de evaluación de riesgos y no fue diseñado para reemplazar el DRI actual para la vitamina D.
Resultados
El panel sugiere la suplementación empírica de vitamina D para niños y adolescentes de 1 a 18 años para prevenir el raquitismo nutricional y debido a su potencial para reducir el riesgo de infecciones del tracto respiratorio; para las personas de 75 años o más, debido a su potencial para reducir el riesgo de mortalidad; para aquellas que están embarazadas debido a su potencial para reducir el riesgo de preeclampsia, mortalidad intrauterina, parto prematuro, parto pequeño para la edad gestacional y mortalidad neonatal; y para aquellos con prediabetes de alto riesgo debido a su potencial para reducir la progresión a la diabetes. Debido a que las dosis de vitamina D en los ensayos clínicos incluidos variaron considerablemente y a muchos participantes del ensayo se les permitió continuar con sus propios suplementos que contenían vitamina D, las dosis óptimas para la suplementación empírica con vitamina D siguen sin estar claras para las poblaciones consideradas. Para las personas no embarazadas mayores de 50 años para las que la vitamina D está indicada, el panel sugiere la suplementación a través de la administración diaria de vitamina D, en lugar del uso intermitente de dosis altas. El panel sugiere no tomar suplementos empíricos de vitamina D por encima del DRI actual para reducir el riesgo de enfermedad en adultos sanos menores de 75 años. No se encontraron pruebas de ensayos clínicos que respaldaran el cribado rutinario de 25(OH)D en la población general, ni en las personas con obesidad o tez oscura, y no hubo pruebas claras que definieran el nivel objetivo óptimo de 25(OH)D necesario para la prevención de la enfermedad en las poblaciones consideradas; por lo tanto, el panel sugiere no realizar pruebas rutinarias de 25(OH)D en todas las poblaciones consideradas. El panel consideró que, en la mayoría de las situaciones, la suplementación empírica con vitamina D es barata, factible, aceptable tanto para las personas sanas como para los profesionales de la salud, y no tiene ningún efecto negativo en la equidad en salud.
Conclusión
El panel sugiere vitamina D empírica para las personas de 1 a 18 años y los adultos mayores de 75 años, las embarazadas y las personas con prediabetes de alto riesgo. Debido a la escasez de fuentes de alimentos naturales ricos en vitamina D, la suplementación empírica se puede lograr a través de una combinación de alimentos fortificados y suplementos que contengan vitamina D. Sobre la base de la ausencia de evidencia de ensayos clínicos de apoyo, el panel sugiere no realizar pruebas de rutina de 25(OH)D en ausencia de indicaciones establecidas. Estas recomendaciones no pretenden reemplazar las IDR actuales para la vitamina D, ni se aplican a las personas con indicaciones establecidas para el tratamiento con vitamina D o las pruebas de 25(OH)D. Se necesita más investigación para determinar los niveles óptimos de 25(OH)D para obtener beneficios específicos para la salud.