Rafael Rangel-Aldao, Editor
El documento colombiano podría ser de gran ayuda para orientar a nuestros planificadores sanitarios, sobre cómo diseñar una campaña de vacunación contra Covid-19. Lo que más llama la atención es el sólido basamento científico de todo el Plan, que abarca desde el mecanismo para establecer la priorización de vacunación, el cálculo del costo/beneficio de las vacunas mediante un conocido modelo matemático, la suscripción y uso de organismos multilaterales y filantrópicos para el acceso y compra de vacunas, complementado con acuerdos directos con las empresas farmacéuticas, hasta concluir en una estrategia asertiva de vacunación. El reto que enfrenta Colombia es formidable, nada menos que 1,7 millones de casos y 44.184 fallecidos que les permite ocupar el undécimo lugar de infectados por Covid-19 en el mundo.
El Plan se propone vacunar al 70% de la población colombiana, unos 35.734.649 de los 51.049.498 habitantes de ese hermano país. Para ello plantean el uso de seis tipos de vacunas desarrolladas con diferentes tecnologías, en una campaña descentralizada de dos fases, con el propósito inicial de reducir la transmisión viral, la mortalidad y los casos graves, en particular en los trabajadores de la salud. En una segunda fase, en este mismo año 2021, se ocuparán de los grupos demográficos más vulnerables, adultos mayores, guardias, policías, militares, población de calle, entre otros. La equidad de vacunación la consideran bajo 7 principios donde destacan, la beneficencia, eficiencia, solidaridad, equidad y justicia, transparencia, progresividad y el interés colectivo. Con tal enfoque asistirán al 70% de habitantes del país incluyendo a los migrantes, excepto aquellos indocumentados como millares de venezolanos que no son «trazables» por los organismos públicos. Al respecto, el Plan expresa lo siguiente: «Más de cinco millones de venezolanos cuenta con Tarjeta Migratoria Fronteriza, existen miles de migrantes pendulares, un millón de migrantes en condición irregular con vocación de permanencia y un millón de migrantes en tránsito que no son fácilmente identificables, lo cual dificulta su trazabilidad.«
La logística de la vacunación es también interesante y aleccionadora dadas las característica de transporte, almacenamiento y distribución de vacunas avanzadas como la de Pfizer a base de ARNm. Para ello los colombianos abordan este problema mediante una estructura descentralizada con centros de distribución en siete ciudades importantes que estarán equipadas con facilidades de ultracongelación, tales como Barranquilla, Bogotá, Bucaramanga, Cali, Cartagena, Medellín y Pereira. Desde allí se distribuirán a las demás entidades territoriales donde las vacunas podrán conservar su termo-estabilidad bajo refrigeración (+2 a + 8 C) hasta por 5 días.
La estrategia de vacunación también luce muy acertada, al menos en el papel, pues abarca al sector público intersectorial y al privado, a través del Instituto Prestador de Salud, IPS, que comprende todas las instituciones privadas en Colombia que prestan los servicios médicos de consulta, hospitalarios, clínicos y de cuidados intensivos. De esa manera atenderán prioritariamente al personal sanitario, adultos mayores de 60 años, y personas con comorbilidades como la hipertensión, diabetes mellitus, cardiovasculares y respiratorias, en coordinación con clínicas especializadas.
La información fiable, responsable, técnica y masiva, forma parte esencial del Plan a través de la coordinación de múltiples fuentes gubernamentales, que incluyen el Programa Ampliado de Inmunizaciones, PAIWEB, con su versión WEB, Tal como lo señala el documento oficial, el PAIWEB cuenta con interoperabilidades con otros sistemas de información que permiten obtener datos de las diferentes bases, con el fin de identificar a los usuarios a los cuales se les aplica la vacuna.
Como colofón a este sesudo documento, el Plan se ocupará de la farmacovigilancia y seguimiento que demanda el despliegue de toda esta avanzada tecnología, biológica y médica. Para ello, coordinarán la acción de dos importantes instituciones de salud pública del país, el Sistema Nacional de Vigilancia en Salud Pública, SIVIGILA, y el Sistema de Información de Muestras, SisMuestras, del Instituto Nacional de Salud, que registra los resultados de laboratorios de las pruebas para COVID-19 y el PAIWeb.
Hay que felicitar al gobierno de Colombia por este tour de force. Basta imaginar por un momento si hubiera una verdadera unidad latinoamericana que estimulara y facilitara el intercambio de información y experiencias, en tiempo real, sobre cómo enfrentar la pandemia Covid-19, y otros padecimientos de la salud pública en nuestra región.