Comprender las respuestas inmunitarias al coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo severo es fundamental para entender la patogénesis de la enfermedad y la utilidad de las terapias puente, como la globulina hiperinmune y el plasma humano convaleciente, y para desarrollar vacunas, antivirales y anticuerpos monoclonales. Hace apenas 11 meses, el lienzo que llamamos COVID-19 estaba en blanco. Científicos de todo el mundo han trabajado en colaboración para completar este lienzo en blanco. En esta revisión, analizamos lo que se sabe actualmente sobre las respuestas inmunitarias humorales y celulares humanas al coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo severo y relacionamos este conocimiento con las vacunas COVID-19 que se encuentran actualmente en ensayos clínicos de fase 3.
Conclusiones
Queda mucho por aprender sobre la inmunidad al coronavirus en general y la inmunidad al SARS-CoV-2 en particular, incluida la inmunidad protectora inducida por las vacunas y el mantenimiento de la inmunidad contra este virus. Además, probablemente se necesitarán múltiples tipos de vacunas en diferentes poblaciones (p. Ej., Lactantes inmaduros inmunes, niños, mujeres embarazadas, individuos inmunodeprimidos e individuos inmunosenescentes de 65 años o más). Además de la respuesta inmune adaptativa, hay algunos datos que sugieren que la inmunidad innata entrenada también podría tener un papel en la protección contra COVID-19. Múltiples ensayos clínicos (p. Ej., NCT04327206, NCT04328441, NCT04414267 y NCT04417335) están examinando si vacunas no relacionadas , como la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola y la vacuna contra el Bacillus Calmette-Guérin, pueden provocar una inmunidad innata entrenada y conferir protección contra COVID-19. Es crucial que la investigación se centre en comprender los impulsores genéticos de la infección y la inmunidad humoral y celular inducida por la vacuna contra el SARS-CoV-2, definiendo objetivos detallados de las respuestas inmunitarias humorales y celulares a nivel de epítopo, caracterizando el receptor de células B y el repertorio de receptores de células T provocado por infección o vacunación, y estableciendo la durabilidad a largo plazo y el mantenimiento de la inmunidad protectora después de la infección o vacunación. También se debe definir una vía regulatoria segura que conduzca a la obtención de licencias para el uso de estas vacunas en niños, mujeres embarazadas, personas inmunodeprimidas y residentes de hogares de ancianos. Algunos han pedido que se acorte aún más el proceso de desarrollo de la vacuna mediante el uso de modelos de desafío humano controlado. A partir del 5 de octubre de 2020, no se han realizado tales estudios, pero el Reino Unido está considerando iniciar dichos ensayos a principios de 2021.