Gilberto Vizcaino. Invest Clin 62 (3): 189-191, 2021 https://doi.org/10.22209/IC.v62n3a00
La pandemia de la COVID-19 ha creado una atención sin precedentes y probablemente es la pandemia que mayor cantidad de información ha desarrollado. Desde que se inició la pandemia, la información científica ha ido incrementándose diariamente en forma notable, se trabaja y se publica sobre su epidemiología, modo de transmisión, manifestaciones clínicas, diagnóstico de laboratorio, tratamientos médicos alopáticos y por supuesto, en la actualidad toda la información para controlar la enfermedad se ha volcado sobre el proceso de vacunación masiva a la población general con el propósito de lograr una inmunidad colectiva o de rebaño que conduzca a su fase final esta pandemia.
En el desafío por contener el avance de la pandemia de la COVID-19, las investigaciones se enfocaron primariamente en realizar ensayos clínicos con el arsenal terapéutico disponible que hubiese evidenciado principalmente propiedades antivirales, en detrimento de otros tipos de publicaciones provocando un desequilibrio preocupante en los temas de los estudios clínicos, en particular en la escasez de ensayos sobre intervenciones no farmacológicas, que serían importantes en ofrecer conductas sobre las intervenciones en salud pública, trascendentales en la mitigación de esta pandemia (1)