https://doi.org/10.1016/j.tmaid.2021.102192
Recopilado por Carlos Cabrera Lozada. Miembro Correspondiente Nacional, ANM puesto 16. ORCID: 0000-0002-3133-5183. 03/11/2023
Resumen
En los últimos años, Venezuela ha sido epicentro de múltiples epidemias concurrentes (sindémicas) [1] de enfermedades infecciosas y tropicales emergentes y reemergentes. Estos eventos tienen graves implicaciones para los esfuerzos de control de salud pública en América Latina y otras regiones debido a la amenaza latente de importación de casos [1,2]. En la parte superior de la lista, el resurgimiento de enfermedades transmitidas por vectores (VBD) [3,4], como la malaria y el dengue, plantea desafíos sustanciales para la región [5]. Por otro lado, la reemergencia de enfermedades prevenibles por vacunación (DPV) debido a la baja cobertura de inmunización ha dado lugar a nuevos y múltiples brotes de sarampión, difteria y otras infecciones prevenibles por vacunación que están afectando una vez más a muchas poblaciones [4,6,7]. La propagación de algunos de estos patógenos infecciosos debido a la migración forzada a países vecinos o al extranjero conlleva un riesgo importante para la importación de casos [3,8,9].
La reaparición de casos de fiebre amarilla humana en Venezuela es una importante amenaza para la salud pública de la región. La fiebre amarilla es una enfermedad transmitida por mosquitos causada por un flavivirus (virus YF), transmitido por los mosquitos Haemagogus, Sabethes o Aedes, que presenta ciclos urbanos y selváticos en regiones endémicas de todo el cinturón tropical. A pesar de que se reconoce que el Aedes aegypti es el principal vector del virus de la fiebre amarilla, la creciente propagación del Aedes albopictus a través de nuevas regiones de Venezuela puede desempeñar un papel determinante en el aumento de la transmisibilidad del virus. Una vacuna altamente eficaz (17D YF-VAX) se ha utilizado de forma segura durante décadas en áreas de transmisión, tanto en África como en América del Sur tropical. Además, YF-VAX es una vacuna que requiere viajar como parte del Reglamento Sanitario Internacional (RSI) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) [10].