A la par del rápido y exitoso desarrollo de vacunas efectivas contra la COVID-19, el coronavirus causante de esta enfermedad ha ido acumulado mutaciones, algunas de ellas con impacto en la Salud Pública. De particular relevancia en este momento son las variantes que han generado brotes importantes en el Reino Unido (B.1.1.7), Sudáfrica (B.1.351) y Brasil (P.1), las cuales agrupan a virus que poseen varias mutaciones en su genoma, siendo las más relevantes dos mutaciones en la proteína S de la espiga: la mutación N501Y, presente en las tres variantes virales y la E484K, presente en las dos últimas.
La evidencia apunta a que la variante B.1.1.7 del Reino Unido presenta una mayor capacidad de transmisión y quizás también una mayor tasa de letalidad, aunque afortunadamente las vacunas actuales protegen contra la misma. La situación puede ser diferente con las variedades de Sudáfrica y Brasil, que contienen la mutación E484K, que escapan de la protección provista por infecciones previas o por la vacunación. Otra variante surgió en California, EEUU: los virus de este grupo presentan la mutación L452R en la proteína de la espiga.
La aparición de esta variante coincidió con un incremento en el número de casos en la región. Aunque es probable que las vacunas actuales puedan prevenir los casos graves y muertes ocasionadas por las variantes antes mencionadas, ya se está trabajando en el diseño de refuerzos vacunales que induzcan anticuerpos neutralizantes e inmunidad celular contra las nuevas variantes.
Ante la emergencia de estas variantes virales, la OMS recomienda la vigilancia genómica de estas variantes en cada país. En Venezuela, esta vigilancia debe enfocarse en particular a los virus circulantes en estados fronterizos, y a los viajeros provenientes del exterior. Ante su eventual introducción al país, es importante acelerar los programas de vacunación, ya que, si bien se ha visto una reducción en la eficacia de las vacunas frente a estas variantes, la vacunación parece seguir protegiendo contra la manifestación grave de la enfermedad. Por otra parte, la recomendación para toda la población es redoblar las medidas de prevención, ante la existencia de virus con mayor capacidad de transmisión.
La Academia Nacional de Medicina y la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales ofrecen su experiencia y conocimientos para colaborar en las estrategias necesarias para el control de esta epidemia en el país.