A. García-Salido, et al. https://doi.org/10.1016/j.medin.2021.06.002
Recopilado por Carlos Cabrera Lozada. Individuo de Número, ANM Sillón VII. ORCID: 0000-0002-3133-5183. 05/01/2025
Resumen
La pandemia por SARS-CoV-2 ha requerido de medidas de salud pública dirigidas a disminuir su expansión. Estas, como el uso de mascarillas obligatorias, la higiene de manos o el distanciamiento social han sido trasladadas a la población pediátrica. Dichas normas han condicionado no solo la transmisibilidad de SARS-CoV-2, sino también la de otros patógenos. Este hecho ha provocado un menor número de infecciones y de ingresos hospitalarios1, 2. En el caso del paciente pediátrico grave, y según lo descrito en diversos países, parece asociarse a un descenso de cuadros infecciosos de todo tipo con especial impacto sobre los respiratorios3, 4. Con intención de cuantificar, este hecho se revisan en este trabajo los ingresos en una unidad de cuidados intensivos pediátricos (UCIP) de un hospital terciario durante el primer año de pandemia por SARS-CoV-2. Se compara con los tres años anteriores con la intención de determinar las posibles diferencias en número y características de los pacientes atendidos. Se realiza un estudio descriptivo retrospectivo aprobado por el comité ético de investigación clínica del centro en el que se realiza. Comprende el periodo enero de 2017 a diciembre de 2020. Se incluyen todos los pacientes ingresados en UCIP y se compara 2020 con la mediana de ingresos para los tres años anteriores. Se recoge el tipo de ingreso hospitalario definido por la causa fundamental del mismo. Para ello se analiza el diagnóstico principal de cada paciente y se agrupan con base en ello.