Spasovski G. Hyponatremia – Treatment standard 2024. Nephrol Dial Transplant. 2024 Jul 15:gfae162. DOI: 10.1093/ndt/gfae162
Recopilado por Carlos Cabrera Lozada. Miembro Correspondiente Nacional, ANM puesto 16. ORCID: 0000-0002-3133-5183. 18/09/2024
Resumen
La hiponatremia es el trastorno electrolítico más frecuente en pacientes hospitalizados, asociado con un aumento de la morbilidad, la mortalidad, la estancia hospitalaria y la carga económica. La velocidad de corrección con cloruro de sodio al 3% en bolo intravenoso de 100 ml o infusión continua depende de la gravedad y la persistencia de los síntomas, y necesita una monitorización bioquímica frecuente. La administración rápida intermitente de solución salina hipertónica es la preferida para el tratamiento de la hiponatremia sintomática. En la hiponatremia leve asintomática, se prefiere una ingesta adecuada de solutos con una restricción inicial de líquidos (FR) de 500 ml/día ajustada según los niveles séricos de sodio. Casi la mitad de los pacientes con síndrome de hormona diuresis inapropiada (SIADH) no responden a la FR como terapia de primera línea. En la actualidad, la urea y el tolvaptán se consideran las terapias de segunda línea más eficaces en el SIADH. Sin embargo, faltan pruebas para orientar sobre la elección de la terapia de segunda línea de la hiponatremia hipotónica. La urea oral se considera un tratamiento muy eficaz y seguro. La hiponatremia leve y asintomática se trata con una ingesta adecuada de solutos (sal y proteínas) y una FR inicial con ajustes basados en los niveles séricos de sodio. Se puede considerar el tratamiento específico con vaptanos en pacientes euvolémicos o hipervolémicos con alta actividad de ADH. Para asegurar un resultado óptimo del paciente, una monitorización estrecha y la preparación para la administración de líquidos hipotónicos o desmopresina pueden ser cruciales en el proceso de toma de decisiones para el tratamiento específico y las posibles consecuencias de la sobrecorrección. Según las directrices, una corrección gradual y una evaluación clínica son preferibles a la normalización rápida del sodio sérico hacia los rangos de referencia de laboratorio.