Riccardo Wittek. https://doi.org/10.1016/j.ijid.2005.12.001
Recopilado por Carlos Cabrera Lozada. Miembro Correspondiente Nacional, ANM puesto 16 . ORCID: 0000-0002-3133-5183. 04/08/2022
Resumen
En 1980, la Organización Mundial de la Salud declaró que la viruela fue erradicada del mundo, y la vacunación de rutina contra la viruela se suspendió. Sin embargo, las muestras del virus de la viruela (virus de la variola) se conservaron con fines de investigación, sobre todo debido a los temores de que los grupos terroristas o los estados deshonestos también pudieran haber guardado muestras para desarrollar un arma biológica. El virus de la variola representa un arma biológica eficaz porque se asocia con una alta morbilidad y mortalidad y es altamente contagioso. Desde el 11 de septiembre de 2001, los países de todo el mundo han comenzado a desarrollar políticas y programas de preparación para hacer frente a un ataque bioterrorista, incluido el almacenamiento de la vacuna contra la viruela. La vacuna contra la viruela en sí misma puede estar asociada con una serie de eventos adversos graves, que a menudo se pueden controlar con inmunoglobulina vaccinia (VIG). La VIG también puede ser necesaria como profilaxis en pacientes para quienes la vacuna contra la viruela antes de la exposición está contraindicada (como aquellos con eccema o mujeres embarazadas), aunque actualmente no está autorizada en estos casos. Dos formulaciones intravenosas de VIG (VIGIV Cangene y VIGIV Dynport) han sido autorizadas por la FDA para el tratamiento de pacientes con vaccinia progresiva, eczema vaccinatum, vaccinia generalizada grave y afectación extensa de la superficie corporal o implantación periocular después de la inoculación inadvertida.