Rai, Ruju R et al. «Manejo de las lesiones por picadura de abeja corneal». Seminarios de oftalmología vol. 32,2 (2017): 177-181. DOI: 10.3109/08820538.2015.1045301
Recopilado por Carlos Cabrera Lozada. Miembro Correspondiente Nacional, ANM puesto 16. ORCID: 0000-0002-3133-5183. 25/06/2024
Resumen
Propósito: Revisar el manejo de la queratitis después de las picaduras de abejas corneales y reportar un caso de infiltrado corneal estromal profundo secundario a un aguijón de abeja retenido manejado de forma conservadora en un paciente que acudió tres días después de la manipulación insalubre del aparato urticante.
Métodos: Reporte de caso y revisión de la literatura.
Resultados: Un apicultor macho de 57 años fue evaluado por dolor, visión borrosa y fotosensibilidad después de una picadura de abeja corneal. Cabe destacar que el saco de veneno había sido extraído con pinzas sucias tres días antes de su visita. En el examen, se observó un infiltrado focal con edema difuso alrededor de un aguijón de abeja retenido en la córnea periférica. También se observaron trazas de células en la cámara anterior. Con base en una alta sospecha de queratitis infecciosa, se optó por una estrategia de tratamiento conservadora. La administración de antibióticos tópicos de amplio espectro con la abstención concomitante de corticosteroides condujo a una rápida resolución de los síntomas. A lo largo de 16 meses de seguimiento, el aguijón ha permanecido in situ sin migración y el paciente ha mantenido una agudeza visual 20/20 sin complicaciones. Existe un debate sobre el método preferido para el tratamiento de la lesión corneal secundaria a las picaduras de abeja, especialmente cuando se asocia con un aguijón retenido. A continuación, presentamos nuestros hallazgos en nuestra evaluación de los casos reportados.
Conclusión: Después de una picadura de abeja ocular, es esencial una estrecha vigilancia de la inflamación y la infección. Las manifestaciones individuales de estas lesiones varían en el momento, el tipo y la gravedad; Por lo tanto, la accesibilidad del aguijón y la evolución del cuadro clínico deben guiar las decisiones terapéuticas.