Daniel cabezota y Eamonn MM Quigley. DOI: https://doi.org/10.1053/j.gastro.2022.04.002
Recopilado por Carlos Cabrera Lozada. Miembro Correspondiente Nacional, ANM puesto 16. ORCID: 0000-0002-3133-5183. 02/06/2023
Resumen
El concepto de sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado (SIBO) surgió en el contexto de mala digestión y malabsorción entre pacientes con factores de riesgo obvios que permitían que el intestino delgado fuera colonizado por microbiota colónica potencialmente dañina. Tal colonización resultó en signos clínicos, síntomas y anormalidades de laboratorio que eran explicables dentro de un marco fisiopatológico coherente. Coincidiendo con los avances en la ciencia médica, las pruebas de diagnóstico evolucionaron del cultivo del intestino delgado a las pruebas de aliento y al análisis microbiano independiente del cultivo de próxima generación. El advenimiento y la fácil disponibilidad de las pruebas de aliento generaron una expansión espectacular tanto en la tasa de diagnóstico de SIBO como en la gama de escenarios clínicos gastrointestinales y no gastrointestinales asociados. Sin embargo, los problemas con la especificidad de estas mismas pruebas de aliento han nublado su interpretación y despertado cierto escepticismo con respecto al papel de SIBO en este repertorio clínico ampliado. Además, falta la plausibilidad fisiopatológica que respalda a SIBO como causa de mala digestión/malabsorción con respecto a su supuesto papel en el síndrome del intestino irritable, por ejemplo. Uno espera que la aplicación de un armamento cada vez mayor de microbiología molecular moderna al microbioma del intestino delgado humano tanto en la salud como en la enfermedad finalmente resuelva este punto muerto y proporcione una base objetiva para el diagnóstico de SIBO. falta la plausibilidad fisiopatológica que respalda a SIBO como causa de mala digestión/malabsorción con respecto a su supuesto papel en el síndrome del intestino irritable, por ejemplo. Uno espera que la aplicación de un armamento cada vez mayor de microbiología molecular moderna al microbioma del intestino delgado humano tanto en la salud como en la enfermedad finalmente resuelva este punto muerto y proporcione una base objetiva para el diagnóstico de SIBO. falta la plausibilidad fisiopatológica que respalda a SIBO como causa de mala digestión/malabsorción con respecto a su supuesto papel en el síndrome del intestino irritable, por ejemplo. Uno espera que la aplicación de un armamento cada vez mayor de microbiología molecular moderna al microbioma del intestino delgado humano tanto en la salud como en la enfermedad finalmente resuelva este punto muerto y proporcione una base objetiva para el diagnóstico de SIBO.