Los científicos que han revisado los datos sobre la propagación del SARS-CoV-2 a visones dicen que las mutaciones en sí mismas no son particularmente preocupantes porque hay poca evidencia de que permitan que el virus se propague más fácilmente entre las personas, lo haga más letal o ponga en peligro la terapéutica y las vacunas. “Las mutaciones asociadas al visón que conocemos no están asociadas con una propagación rápida, ni con cambios en la morbilidad y la mortalidad”, dice Astrid Iversen, viróloga de la Universidad de Oxford, Reino Unido.
Pero los investigadores dicen que probablemente sea necesario sacrificar a los animales, dada la rápida y descontrolada propagación del virus en el visón, detectado en más de 200 granjas desde junio, lo que convierte a los animales en una fuente viral masiva que puede infectar fácilmente a las personas. En las regiones con granjas de visones afectadas, la cantidad de personas con COVID-19 aumenta mucho, dice Iversen. Y hay aproximadamente tres veces más visones que personas en Dinamarca. “El sacrificio de visones es necesario”, dice.
La propagación incontrolada en el visón también aumenta la oportunidad de que el virus evolucione y desarrolle mutaciones que podrían ser preocupantes, dice Jannik Fonager, virólogo de Statens Serum Insitut, la autoridad sanitaria danesa que dirige las investigaciones, con sede en Copenhague. Dice que los científicos compartieron sus preocupaciones con el gobierno, pero que el gobierno decidió sacrificar al visón. El 10 de noviembre, el gobierno presentó una legislación para permitir el sacrificio y ha instado a los agricultores a iniciar el proceso.