Teske Schoffelen, et al. DOI:https://doi.org/10.1016/j.cmi.2024.05.014
Recopilado por Carlos Cabrera Lozada. Miembro Correspondiente Nacional, ANM puesto 16. ORCID: 0000-0002-3133-5183. 07/08/2024
Resumen
Esta guía de ESCMID proporciona recomendaciones basadas en la evidencia para respaldar una selección de prácticas apropiadas de uso de antibióticos para los pacientes atendidos en el departamento de emergencias (ED) y orientación para su implementación.
Los temas que se abordan en esta guía son: 1) ¿Los biomarcadores o las pruebas rápidas de patógenos mejoran la prescripción de antibióticos y/o los resultados clínicos? 2) ¿La toma de hemocultivos en síndromes infecciosos comunes mejora la prescripción de antibióticos y/o los resultados clínicos? 3) ¿La espera vigilante sin tratamiento antibacteriano o con prescripción diferida de antibióticos reduce la prescripción de antibióticos sin empeorar los resultados clínicos en pacientes con síndromes infecciosos específicos? 4) ¿Los programas estructurados de seguimiento de cultivos en pacientes dados de alta del servicio de urgencias con cultivos pendientes mejoran la prescripción de antibióticos?
Métodos
Un panel de expertos fue convocado por la ESCMID y el presidente de la guía. El panel seleccionó por consenso los cuatro temas más relevantes de la AMS de acuerdo con criterios de relevancia predefinidos. Para cada pregunta principal de los cuatro temas, se realizó una revisión sistemática, que incluyó ensayos controlados aleatorios y estudios observacionales. Tanto los resultados clínicos como los resultados del proceso de optimización relacionados con el uso de antibióticos se consideraron relevantes. Las búsquedas bibliográficas se realizaron entre mayo de 2021 y marzo de 2022. En abril de 2022, se pidió formalmente a los miembros del panel que sugirieran estudios adicionales que no se identificaron en las búsquedas iniciales. Los datos se resumieron en un metanálisis, si fue posible, o se resumieron de otra manera narrativamente. La certeza de la evidencia se clasificó de acuerdo con los criterios de Ratinging of Recommendations Assessment, Development and Evaluation (GRADE). El panel de la guía revisó la evidencia por tema, evaluó críticamente la evidencia y formuló recomendaciones a través de un proceso basado en el consenso. La fuerza de las recomendaciones se clasificó como fuerte o débil. Para fundamentar el proceso de implementación, se identificaron ensayos de implementación o estudios observacionales que describieron los facilitadores y las barreras para la implementación de las mismas búsquedas y se resumieron narrativamente.
Recomendaciones
Las recomendaciones sobre el uso de biomarcadores y pruebas diagnósticas rápidas de patógenos se centran en el inicio de la administración de antibióticos en pacientes ingresados por el servicio de urgencias. No se informó su efecto sobre la interrupción o desescalada de los antibióticos durante la estancia hospitalaria, ni su efecto sobre las prácticas de prevención y control de infecciones hospitalarias. Las recomendaciones sobre la conducta expectante (es decir, suspender el tratamiento de antibióticos con algún tipo de seguimiento) se centran en síndromes infecciosos específicos para los que también se incluyó la bibliografía de atención primaria. Las recomendaciones sobre hemocultivos se centran en la indicación en tres síndromes infecciosos comunes en el servicio de urgencias, excluyendo explícitamente a los pacientes con sepsis o shock séptico.
La mayoría de las recomendaciones se basan en pruebas de certeza muy baja y baja, lo que conduce a recomendaciones débiles o, cuando no hay pruebas disponibles, a declaraciones de mejores prácticas. La aplicación de estas recomendaciones debe adaptarse a los entornos y circunstancias específicos del servicio de urgencias. La escasez de estudios de alta calidad en el área de la optimización de los antimicrobianos en el servicio de urgencias pone de manifiesto la necesidad de realizar investigaciones futuras en este campo.