M.J. Colomina, et al. https://doi.org/10.1016/j.redar.2024.04.003
Recopilado por Carlos Cabrera Lozada. Miembro Correspondiente Nacional, ANM puesto 16. ORCID: 0000-0002-3133-5183. 13/07/2024
Destacados
- Las guías de práctica clínica recomiendan el uso de cristaloides para lograr el objetivo de la fluidoterapia.
- El equilibrio de líquidos ideal deberá ajustar la osmolaridad y la presión osmótica para garantizar una distribución equilibrada entre los compartimentos intravascular y extravascular, previniendo la sobrecarga o la deshidratación.
- Esta revisión narrativa se centra en tres áreas: administración perioperatoria de líquidos, administración de líquidos en los pacientes hospitalizados y beneficio de las soluciones de cristaloides balanceados.
- Se revisan los estudios que comparan los fluidos balanceados con base de acetato, lactato o solución salina en el ámbito perioperatorio para terapia de mantenimiento de fluidos, así como su impacto en la función renal y la acidosis metabólica.
Resumen
La administración de líquidos intravenosa es la intervención más común en los pacientes hospitalizados en el ámbito perioperatorio y las unidades de cuidados críticos. El objetivo de esta revisión narrativa es aportar una visión general de las soluciones balanceadas en fluidoterapia en el periodo perioperatorio en pacientes adultos, así como revisar las nuevas tendencias y soluciones de la fluidoterapia.
Se agrupó la evidencia en tres áreas: administración intraoperatoria de líquidos, administración de líquidos en pacientes críticos, y relevancia/beneficio de las soluciones de cristaloides balanceadas.
Aunque en los últimos años se ha producido una mejora de los estudios de gran calidad publicados, la evidencia científica en cuanto a la elección de los líquidos, así como sus dosis y la tasa de administración, sigue siendo limitada. Debe individualizarse la elección de fluidoterapia durante el periodo perioperatorio, considerando los factores específicos del paciente, la naturaleza de la cirugía, la pérdida de sangre prevista y otros factores relevantes. Por último, deberá ser de máxima importancia la evidencia clínica robusta y la formación de los facultativos.